Oposición al plan de rescate financiero de Bush
El asesor económico de la Casa Blanca afirma que es necesario "un rescate rápido". Varios senadores se oponen al plan presentado y exigen más información
El asesor económico de la Casa Blanca Keith Hennessey afirmó este martes que hay espacio para una negociación sobre los detalles del plan de rescate del Gobierno estadounidense para sistema financiero por 700.000 millones de dólares (473.047 millones de euros).
En una entrevista concedida al canal de televisión CNBC, Hennessey dijo que "hay espacio para la negociación". Además, expresó que se necesita un rescate rápido por el bien de la economía y que el primer paso era restaurar la confianza del mercado.
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Sin embargo, el plan se ha encontrado con la oposición de varios senadores, que advirtieron en contra de una decisión apresurada. "Lo que nos han enviado no es aceptable", aseguró el presidente de la Comisión Bancaria del Senado, el demócrata Christopher Dodd.
Dificultades para el rescate
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, lanzó la semana pasada la creación de un escudo gubernamental contra los activos ilíquidos en las hojas de balance de los bancos y de otras firmas, con la esperanza de resucitar los mercados de crédito, moribundos por una masiva deuda vinculada con las hipotecas.
Los republicanos también criticaron el plan y el senador Richard Shelby afirmó que no daría el "visto bueno" a la propuesta. Los comentarios fuertes se conocieron después de una audiencia de casi cinco horas, donde los legisladores exigieron que Paulson y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, ofrezcan mayores detalles sobre lo que sería una intervención sin precedentes en el mercado.
Mientras que varios importantes senadores indicaron que proyectaban examinar cuidadosamente el plan del Tesoro y hacer las modificaciones necesarias, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien se ha comprometido a actuar rápidamente, dijo que se lograban avances.
"Estamos avanzando", comentó la demócrata por el estado de California. En una extraña aceptación de las preocupaciones que han sido expresadas mayormente por los demócratas, el presidente George W. Bush dijo que había muchas ideas que merecían ser escuchadas sobre cómo estructurar un programa financiado por los contribuyentes para comprar activos dañados de las firmas financieras.
Pero manifestó a otros líderes mundiales en la sede de Naciones Unidas que esperaba una pronta acción. "Tengo confianza de que actuaremos en el marco de urgencia que se requiere", añadió Bush.
Urgencia del mercado
Paulson y Bernanke enfatizaron por su parte la necesidad de actuar con urgencia para impedir que las turbulencias del mercado financiero se expandan y arrastren a toda la economía estadounidense.
Los mercados bursátiles del mundo se desplomaron a principios de la semana pasada, después de que Lehman Brothers Holdings, firma matriz de un importante banco de inversión de Estados Unidos, se declarara en bancarrota. Aunque la noticia de un rescate masivo al sistema financiero dio un impulso a las acciones a fines de la semana pasada, los índices principales de las bolsas han caído fuertemente esta semana por nuevas preocupaciones en torno al plan.
"Los mercados financieros están en condiciones muy frágiles y creo que, en ausencia de un plan, empeorarán. Pero incluso en su estado actual, no cumplen las funciones necesarias para respaldar a la economía. No se está suministrando crédito", dijo Bernanke. En un sombrío panorama para la economía estadounidense en caso de no aprobarse el rescate financiero, Bernanke dijo que se perderían más empleos, aumentaría la tasa de desempleo y el Producto Interior Bruto de Estados Unidos se contraería.
"Creo que si los mercados de crédito no funcionan, más empleos se perderán, la tasa de desempleo subirá, más casas serán ejecutadas, el PIB se contraerá, la economía no podrá recuperarse de una manera saludablemente normal, sin que importe cuáles otras políticas se adopten", expresó.
El vicepresidente Dick Cheney también acudió al Congreso para instar a los miembros republicanos de la Cámara de Representantes a que aprueben rápidamente el proyecto de rescate, una señal de la preocupación del Gobierno por los riesgos que representa un mercado turbulento.