El taxista de Revilla habla con Zapatero de la crisis

Como cada vez que acude al Palacio de La Moncloa, el presidente de Cantabrio, Miguel Ángel Revilla, ha acudido en taxi. Algo que se ha convertido en una constumbre y un acontecimiento periodístico, aunque esta vez con un añadido. Esta mañana, Revilla ha presentado al presidente José Luis Rodríguez Zapatero al taxista que le ha llevado esta vez.

José Antonio Moreno, de unos treinta años, ha podido hablar cara a cara con el presidente de lo que más nos preocupa ahora a los ciudadanos: la crisis. El presidente le ha preguntado si ha notado en el taxi los efectos de la crisis económica. Moreno le ha contado al presidente que "el ritmo de trabajo ha bajado y hay que echar más horas para compensar, y aún así no se compensa". En declaraciones a La Ventana, el taxista ha dicho que cuando él ha comenzado a contar sus problemas con la crisi, el presidente "ha sacado el capote y me ha preguntado si estoy casado".

En declaraciones a los medios, el taxista ha definido al presidente cántabro como "una persona encantadora" e "impresionante" con quien había "conectado muchísimo" durante el trayecto.

Tras este cruce de impresiones, Zapatero y Revilla han entrado en el palacio de La Moncloa para comenzar la reunión.

Mejor en taxi

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Revilla ha aclarado que ir a La Moncloa en taxi "no es una pose" sino que se debe a que "le cuesta cambiar" de costumbre y ha asegurado que en los 15 años que lleva en política siempre ha utilizado el taxi para moverse por Madrid puesto que "son los que mejor conocen la ciudad" y además es "barato", teniendo en cuenta que él no va acompañado de "parafernalia y asesores con maletines".

En rueda de prensa, Revilla ha comentado que siempre trae productos de la tierra -como anchoas, sobaos y miel- porque es "un detalluco", "también se las mando a Rajoy pero sólo una vez al año" y a Zapatero más veces "porque manda más".

Revilla ha comentado que el taxista que le llevó hoy al Palacio de La Moncloa, donde se entrevistó con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "estuvo esperando en la parada de taxis del hotel desde las nueve" y le contó que había habido un sorteo entre los taxistas porque todos querían acercarle.