Estudiar en una prisión
Alumnos de un instituto de Valencia son vigilados por 24 cámaras, hasta en los baños, y acceden al centro con su huella dactilar
Cámaras hasta en los baños o en las taquillas, barreras para entrar y salir del centro con reconocimiento de huellas dactilares, ya que "no pueden controlar si los alumnos que salen del centro son menores". Estamos hablando del Instituto Abastos de Valencia, "una prisión", en boca del Sindicato de Estudiantes del centro. Sin embargo, todas estas medidas son defendidas por el director del instituto y por la Asociación de Padres para reducir los múltiples "actos vandálicos".
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El jefe de estudios del instituto justifica las cámaras con razones económicas: el curso pasado se gastaron 3.500 euros en reparar baños destrozados (que tuvieron que permanecer cerrados varios meses), aparatos que fueron robados ("un proyector, un DVD, un ordenador portátil"). El instituto de Abastos imparte formación profesional, y el material de algunos módulos es caro. Sin embargo, los nuevos sistemas de control no saldrán baratos, ya que según el director, Álvaro Pérez, la suma ascenderá a unos 30.000 euros.
Para los alumnos del centro se trata de "una violación de nuestros derechos más íntimos" y exigen la dimisión del director del instituto al considerar ilegal la instalación de las cámaras en los baños que permanecen abiertos, "pero solamente en el de las chicas". Para el sindicato, la dirección del centro se sitúa "más cerca del código moral de los pederastas que del recomendable para los responsables de un centro educativo público".
Desde la dirección se explica que sólo se han instalado las cámaras en los baños femeninos ante la imposibilidad de hacerlo en los masculinos porque los urinarios empotrados impiden instalarlas y por ello se han colocado fuera, dirigidas a la puerta. Además, argumentan que en el de las mujeres sólo se han situado en la zona del lavamanos, lo que se considera como una zona "neutra".
Evitar que los profesores actúen como "guardias jurados"
En cuanto a la instalación del sistema de control de accesos proviene del evitar a los profesores el tener que pedir la identificación a los 1.300 alumnos que entran y salen con lo que tienen que actuar como si fueran "guardias jurados". En Abastos hay estudiantes de entre 11 y 40 años, ya que también se ofertan estudios de ciclo medio y superior.
Pese a que hay quien se ha llevado las manos a la cabeza con la situación del instituto Abastos, no se trata del único instituto con cámaras instaladas, aunque estos no superan la decena. Sin embargo, podría ser un ejemplo que comience a cundir.