Los errores de los pilotos se perfilan como las causas del accidente aéreo en México
La falta de formación y varios errores de los pilotos habrían terminando casuando la muerte del ministro del Interior, Juan Camilo Mouriño, y trece personas más
Las autoridades mexicanas admitieron hoy de que la falta de formación y varios errores de los pilotos se perfilan como las causas principales del accidente aéreo en el que falleció la semana pasada el ministro del Interior, Juan Camilo Mouriño, y trece personas más.
"La transcripción certificada de los contenidos de la caja negra de audio muestra falta de familiaridad del capitán Oliva con los instrumentos en cabina, al fallar repetidamente en la introducción de datos en los sistemas electrónicos", dijo hoy el ministro mexicano de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez.
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Téllez presentó en una rueda de prensa una investigación basada en un informe del National Transportation Safety Board (NTSB), una agencia especializada en accidentes aéreos que es independiente del Gobierno estadounidense.
También dio a conocer otros estudios, entre ellos la grabación de la caída del avión con una cámara fija del helipuerto de un edificio cercano.
Un accidente que causó conmoción y levanto suspicacias
El accidente, registrado el pasado 4 de noviembre y que conmocionó a la sociedad mexicana, causó la muerte a las nueve personas que viajaban en el aparato y a cinco transeúntes que pasaban por el lugar donde se estrelló la avioneta.
En los últimos días las versiones sobre un posible atentado o sabotaje han hecho correr ríos de tinta en la prensa mexicana, aunque las autoridades sostuvieron desde un principio que todos los indicios apuntan a que lo acontecido no pudo ser otra cosa que un accidente.
En el avión, además de Mouriño, viajaba su asesor en materia de Seguridad, José Luis Santiago Vasconcelos, que persiguió desde distintos cargos y durante dos décadas a los capos del narcotráfico mexicano, cuyas actividades son consideradas la causa de más de 4.500 asesinatos en lo que va de año en el país.
Además, el estudio descarta también que la aeronave accidentada pudiera haber tenido algún fallo mecánico y no "muestra evidencia alguna de sabotaje o de la presencia de explosivos".
Del análisis se desprende, asimismo, que en el momento de prepararse para aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México, la aeronave, de tamaño mediano y 9,4 toneladas de peso, no guardó la distancia adecuada con el avión que le precedía, un Boeing 767-300, de gran tamaño y 175 toneladas.
La transcripción de la grabación de voces dejó patente además que el comandante del avión se mostró inexperto y acabó por aceptar que su copiloto tomara los mandos.
"Álvaro, ¿qué hacemos? Álvaro, déjamelo, déjamelo, déjamelo, déjamelo, déjamelo, tuyo, Álvaro", fue el intercambio de frases en los segundos previos a la tragedia, registrados en la caja negra de la cabina.
Pese a todo, las autoridades aclararon que las investigaciones continuarán y adelantaron que entre las pruebas que se harán se halla un simulacro virtual en la NASA para conocer los efectos de una turbulencia producida por un Boeing 767-300 a una aeronave Learjet 45.