La pistola que usó ayer ETA no es la misma que se utilizó para asesinar a Isaías Carrasco

Madrid

Las pruebas de balística han confirmado que la pistola que se ha empleado en el atentado contra el empresario vasco Ignacio Uria no es la misma que se utilizó para matar al ex concejal socialista Isaías Carrasco. La investigación trabaja también con la teoría de un comando itinerante que actuaría en las tres provincias vascas especialmente en Guipúzcoa. El conductor del vehículo robado habla de que sólo dos personas perpetraron el atentado.

Se han encontrado tres casquillos, aunque la víctima tenía solo dos impactos de bala uno en la cabeza y otro en el pecho. La pistola no es la misma que se utilizó en el atentado contra Isaías Carrasco, con lo que, como se dice en el argot, la pistola estaba "limpia", no había sido utilizada antes. Los casquillos son de nueve milímetros parabellum.

Fuentes policiales barajan que podrían haber sido tres los terroristas que han participado; dos en el escenario del atentado, uno de ellos disparando, y un tercero, que podría haber vigilado a la persona retenida el conductor del vehículo robado, aunque en su declaración no aparece esta tercera persona.

Policialmente se trabaja con la teoría de que se trate de un comando itinerante de ETA que se mueve en las tres provincias vascas y sobre todo, en Guipúzcoa.

Se sigue investigando si también mataron a Isaías Carrasco

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Pese a que la pistola no es la misma, fuentes de la investigación siguen barajando que este comando pudiera ser también el autor del asesinato de Isaías Carrasco y del atentado con coche bomba en la Universidad de Navarra.

No se conocen todavía las declaraciones de los testigos presenciales que siguen declarando pero sí que hay un gran número de personas que estaban en ese parking cuando Uria fue tiroteado.

Uria fue asesinado de dos tiros a quemarropa

Un etarra tiroteó el miércoles al constructor Ignacio Uria Larramendi alrededor de la una de la tarde en la localidad guipuzcoana de Azpeitia. El empresario era uno de los responsables de la empresa Altuna, vinculada a las obras del TAV. La víctima recibió dos disparos, que le alcanzaron cuando se dirigía al restaurante Kiruri, cercano a la Plaza Ignacio de Loyola de la localidad vasca y al que el empresario solía acudir todos los días.

El empresario, de 70 años, acababa de abandonar su domicilio cinco minutos antes del tiroteo. Su esposa fue alertada por conocidos que le han comunicado que "algo" le había sucedido a su marido. Ignacio Uria nunca llevaba escolta, residía en el municipio y era conocido por todos los azpeitarras. Uria estaba casado y tiene cinco hijos.