Cuatro detenidos por la muerte del capo asesinado en el Doce de Octubre
Los arrestados, tres colombianos y un rumano, portaban numerosas armas
La Policía Judicial ha detenido a cuatro hombres a los que considera sospechosos del asesinato del capo del narcotráfico colombiano Leónidas Vargas en el hospital Doce de Octubre de Madrid el pasado 8 de enero. Las detenciones han tenido lugar por la noche en Madrid capital y en alguna otra localidad de la región.
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Los detenidos son tres colombianos y un rumano, a los que se les han intervenido dos pistolas, abundante munición y otro material, según las fuentes, que han agregado que el juez ha decretado el secreto sumarial. Los agentes que han intervenido en la operación son del Grupo 10º de la Brigada de la Policía Judicial y, aparte de las pistolas y la munición, se han incautado de chalecos antibalas y pasamontañas.
La investigación sigue abierta y cabe la posibilidad de que haya más detenciones, según las fuentes policiales. El narcotraficante colombiano asesinado usaba las identidades de Leónidas Vargas Vargas y de José Antonio Cortés Vaquero, con las que no tenía antecedentes en España, aunque su nombre verdadero era José Antonio Ortiz Mora, nacido en Colombia en 1948.
Un sicario en el Doce de Octubre
El hombre fue asesinado el 8 de enero por un sicario cuando estaba ingresado en una habitación de Hospital Doce de Octubre, donde había entrado unos días antes a causa de una dolencia estomacal. Ortiz Mora (o Leónidas Vargas), que tenía antecedentes por falsificación de documentos fue detenido en 2006 por agentes de la Policía Judicial en un hotel de Madrid por llevar un pasaporte venezolano falso.
La Audiencia Nacional decretó entonces su ingreso en prisión, donde se le imputó un delito de tráfico de estupefacientes como principal implicado en una red de narcotraficantes. En el momento de su muerte su situación legal era de prisión provisional en domicilio y contaba con la autorización de acudir al hospital cuando fuera necesario.
La Policía manejó entonces como principal hipótesis del crimen un ajuste de cuentas, que se vio reforzada por la aparición, poco después, de los cadáveres acribillados de un hermano del narco y de una modelo y actriz en una localidad del suroeste de Colombia.