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ESCÁNDALO DE LOS GASTOS | PARLAMENTO BRITÁNICO

Dimite otro ministro a la espera de que Brown anuncie los cambios en su Gobierno

La renuncia del titular de Transportes es la quinta en tres días.- El primer ministro remodela el Ejecutivo tras el escándalo de los gastos.- El Laborismo sufre en las elecciones locales

La renuncia del titular de Defensa es la cuarta en tres días.- El primer ministro, Gordon Brown, remodela el Ejecutivo tras el escándalo de los gastos.- El Laborismo sufre en las elecciones locales(Reuters)

El primer ministro británico, Gordon Brown, asumió este viernes "plena responsabilidad" en la deriva emprendida por el Laborismo y el descenso de popularidad de su Gobierno, pero confirmó que prevé mantenerse en el cargo a pesar de las presiones para que renuncie y que "concluirá el trabajo" iniciado cuando hace dos años asumió el poder porque considera que es "la persona adecuada" para los retos pendientes en Reino Unido.

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En una rueda de prensa en su residencia oficial para dar a conocer la remodelación de su Gabinete y aclarar su posición tras la sangría de dimisiones sufrida en su equipo, Brown quiso "disculparse por los errores" que han llevado a la política británica a un profundo descrédito por el escándalo de los gastos, así como por la situación económica en la que se halla sumido el país, pero insistió en que "si no pensara ser la persona adecuada para esta responsabilidad no estaría aquí".

El mandatario se mostró convencido de que hay "tres áreas vitales" que requieren acciones inmediatas: la "limpieza" del aparato institucional, con una nueva normativa para reformar el actual funcionamiento del Parlamentario y la propia relación de éste con el Gobierno; la superación de la recesión y la mejora de los servicios públicos. "Y no puedes huir, tienes que seguir adelante con el trabajo", declaró.

La quinta dimisión

Dos nuevos miembros del Gobierno de Gordon Brown, uno de ellos un ministro, expresaron este viernes su intención de abandonar el gabinete poco antes de que el primer ministro diese a conocer la remodelación con la que aspira a recuperar autoridad en la misma jornada en la que el Laborismo confirmó el mayor varapalo electoral de su historia.

El ministro de Transportes, Geoff Hoon, profundamente afectado por el escándalo de los gastos parlamentarios, y la titular de Vivienda, Margaret Beckett, decidieron dejar el Ejecutivo, si bien los motivos que los llevaron a tomar esta determinación no estarían relacionados con la supuesta rebelión orquestada para propiciar un recambio de liderazgo.

En el primer caso, Hoon trasladó su "apoyo" a Brown y aseguró que su decisión responde a su interés por pasar más tiempo con su familia, una justificación ya empleada por el ministro que esta mañana había expresado también su intención de dejar el Gobierno, el titular de Defensa, John Hutton.

Por su parte, Beckett, una veterana del partido recuperada por el propio Brown en la hasta única remodelación de Gobierno que había acometido, habría decidido abandonar tras ver frustradas sus aspiraciones de ver un ascenso. Así, el departamento de Vivienda no tiene rango ministerial y las asistencias de su titular a las reuniones de gabinete son puntuales.

En consecuencia, Brown ha visto cómo la precipitación en la reestructuración que en principio preveía acometer el lunes le ha permitido ganar ciertos apoyos al menos en el Ejecutivo y cortar la sangría de renuncias que amenazaba con dar poder a los diputados rebeldes que habrían iniciado ya una campaña para desalojarle del número 10 de Downing Street.

Evolución

Así, hasta ahora ningún miembro del Gobierno ha seguido los pasos del titular de Empleo, James Purnell, quien este jueves al cierre de los colegios anunció su dimisión y pidió al mandatario que haga lo mismo "por el bien del Laborismo". Esta misma mañana uno de sus más íntimos amigos, el responsable de Exteriores, David Miliband, considerado el pasado verano como parte de una trama sucesoria expresó su apoyo al mandatario y subrayó que "es tiempo para trabajar, no para dimitir".

En este sentido, pese a la falta de posibilidades que muchos de los integrantes del Gobierno detectan en Brown, existe el temor a consecuencias aún más devastadoras para el partido de promover una salida que, hasta ahora, no tiene precedentes en un Gabinete laborista, a diferencia de los conservadores, que promovieron un golpe interno contra líderes como la propia Margaret Thatcher.

En este contexto, por el momento la remodelación mantendrá al ministro del Tesoro, Alistair Darling, a pesar de la intención inicial de sustituirlo por su principal aliado político, el titular de Educación, Ed Balls, cuyo nombramiento podría haber empeorar aún más la vulnerable situación en la que se encuentra, ya que Balls tiene numerosos enemigos en el partido, especialmente entre los considerados ''blairistas'', por lo que finalmente no cambiará de departamento.

Además, Darling, un fiel al mandatario durante años, le habría trasladado que preferiría renunciar antes que ser enviado a otro departamento como consolación. Fuentes del Tesoro ya ha confirmado que no habrá cambios, mientras que Downing Street ha garantizado un segundo movimiento: el traspaso del hombre considerado por consenso virtual sucesor en un recambio de líder, Alan Johnson, de la cartera de Sanidad a una de las de mayor peso del Ejecutivo, la de Interior, que deja vacante Jacqui Smith por decisión propia.

Otros nombramientos

Otro veterano que permanece en el cargo es el ministro de Justicia, Jack Straw, así como el antaño rival político de Brown y actualmente uno de sus principales valedores, el titular de Negocios, Peter Mandelson, continuará en el puesto que asumió en la primera y hasta hoy única reestructuración acometida por el primer ministro, pese a las especulaciones que lo situaban en la Foreign Office, un cargo en el que parece que se mantendrá David Miliband.

El resto de nombramientos llevará al hasta ahora secretario de Universidades, John Denham, a asumir el departamento de Comunidades que dejó vacante el pasado miércoles Hazel Blears, quien protagonizó, junto a Purnell, la salida más perjudicial para el mandatario. Purnell será sustituido por la hasta ahora secretaria de Estado del Tesoro, Yvette Cooper, casada precisamente con Ed Balls y una de las pocas mujeres que se sentarán en el Gobierno.

Defensa pasará a manos de un hasta ahora relativamente poco conocido diputado Bob Ainsworth, mientras que el secretario de Cultura y Deporte, Andy Burham, asumirá el Ministerio de Sanidad que Johnson abandona para encargarse de Interior. El puesto de Burham, por su parte, será cubierto por Ben Bradshaw.

Impacto en la sociedad británica

Estas dimisiones se han sumado a las declaraciones en las que miembros de su propio partido piden a Brown que renuncie, así como el escrutinio de los comicios en áreas rurales. Los ''tories'' de David Cameron pescan en un río más revuelto que nunca y aglutinan, por ahora, el apoyo en las votaciones locales.

El dueño de los 72 escaños de la Eurocámara no se dará a conocer hasta el domingo por la noche. Sin embargo, el mandatario británico ha visto las orejas al lobo esta misma mañana al comprobar la derrota en Bristol, una de las plazas más seguras con las que contaba hasta ahora el Laborismo.

Los laboristas podrían perder la mitad de las 500 concejalías que poseen. Eso es una posibilidad, epro lo cierto es que ya se ha confirmado que el laborismo es la cuarta fuerza política en cinco distritos electorales, no sólo por detrás de los conservadores y los liberal-demócratas, sino que por detrás de los Verdes.

 
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