Obama investigará los intentos de la Administración Bush de ocultar una masacre
El presidente reconoce que los hechos, el asesinato de unos 1.000 prisioneros talibán en 2001, no fueron investigados "adecuadamente"
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha ordenado investigar los intentos de la anterior Administración de George W. Bush por ocultar el asesinato en el año 2001, poco después del inicio del conflicto, de cientos de prisioneros talibán por parte de un ''señor de la guerra'' afgano respaldado por la CIA.
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Fuentes oficiales norteamericanas y de organizaciones defensoras de los Derechos Humanos citadas por el diario The New York Times han afirmado que las investigaciones sobre la muerte de al menos 1.000 prisioneros de una cárcel de Kunduz, que pudieron ser ejecutados y sepultados en fosas comunes, por las fuerzas del general Abdul Rashid Dostum se paralizaron porque éste trabajaba con la CIA.
En una entrevista que fue concedida a la CNN durante la visita del presidente a Ghana, Obama manifestó a este respecto que "los indicios de que esto no fue investigado adecuadamente ha llamado mi atención recientemente", por lo que ha pedido a su equipo de seguridad nacional que "recabe los hechos conocidos", tras lo cual tomará una decisión sobre cómo enfocar el tema.
Al parecer, los al menos 1.000 talibán que fueron asesinados se habían entregado previamente y de forma voluntaria a la Alianza del Norte a finales de 2001. Los prisioneros estaban bajo custodia de las tropas del general Abdul Rashid Dostum, un destacado señor de la guerra afgano que sirvió como jefe del Estado Mayor en el Ejército del Afganistán post-talibán.
Entrenado por la CIA
Dostum, ex combatiente comunista que lideró una de las milicias que se enfrentaron a los muyahidines respaldados por Estados Unidos en los ochenta, se puso del lado de los norteamericanos cuando éstos entraron en Afganistán en el otoño de 2001 y recibió entrenamiento militar y de la CIA.
Las primeras acusaciones contra él datan de 2002, cuando un artículo de la revista Newsweek que citaba un memorando confidencial estadounidense aseguraba que los prisioneros murieron en camiones en los que eran trasladados desde su bastión de Kunduz, en el norte del país, a la cárcel de Sheberghan, al oeste de Mazar-e-Sharif.
En aquel momento, la organización Médicos para los Derechos Humanos, con sede en Massachusetts, explicó que había descubierto una fosa común en la cercana localidad de Dasht e Leili, donde los testigos le dijeron que contenía los cadáveres de prisioneros talibán. Este hallazgo hizo que el general estadounidense Tommy Franks, quien por entonces dirigía la invasión en Afganistán, respaldara una investigación.
Pero The New York Times, citando fuentes oficiales y de organizaciones pro Derechos Humanos, informó de que la Administración Bush "disuadió repetidamente los esfuerzos por investigar el suceso". Además, indica que responsables del Departamento de Estado trataron de evitar el nuevo nombramiento de Dostum como jefe del Ejército.
Dostum es uno de los más cercanos aliados del presidente afgano, Hamid Karzai, pero ha estado viviendo en el exilio en Turquía -por las acusaciones del secuestro de Akbar Bai, un antiguo aliado político del mandatario que después se convirtió en rival- hasta el mes pasado, cuando fue repuesto en su cargo de ministro de Defensa.
A favor de una investigación
A la pregunta de si apoyaría una investigación sobre el asesinato de los cientos de talibán, Obama respondió que si se llega a conocer que la conducta de Estados Unidos respaldó de alguna forma las violaciones de la ley de la guerra, se debe averiguar lo que ocurrió.
Susannah Sirkin, subdirectora de Médicos para los Derechos Humanos pidió este domingo al presidente que "ordene a su equipo de seguridad nacional que recabe todos los hechos sobre la masacre de Dasht e Leili y el aparente encubrimiento de Estados Unidos".
Según Sirkin, en aquella ocasión "el Ejército norteamericano y el personal de Inteligencia estaban operando conjuntamente y aceptaron la rendición de los prisioneros junto con las fuerzas del general Dostum en el norte de Afganistán".
"La Administración Obama tiene la obligación legal de determinar lo que saben las autoridades estadounidenses, dónde estaba el personal norteamericano, qué implicación tuvo y las acciones de los aliados durante y después de la masacre. Estas preguntas, casi ocho años después, continúan sin respuesta", añadió.