La cantante de soul Amy Winehouse puso este jueves fin a su matrimonio de dos años con Blake Fielder-Civil, cuando un tribunal le concedió a la pareja el divorcio en la capital británica. Ni Winehouse, de 25 años, ni Fielder-Civil, de 27, asistieron al procedimiento del Tribunal Supremo de Gran Bretaña. La pareja contrajo matrimonio en Miami, Estados Unidos, en mayo de 2007, pero desde entonces Winehouse ha estado bajo tratamiento por adicción a las drogas y Fielder-Civil ha cumplido una condena en prisión. Fielder-Civil fue encarcelado tras reconocer que había golpeado al dueño de un pub en 2006 y por conspirar para encubrir el delito. Querer no es poder Sólo hace unos meses, justo en enero de este año, su marido había solicitado ya el divorcio tras el romance que tuvo la cantante durante unas vacaciones en la caribeña isla de Santa Lucía, sin embargo ella aseguraba que él era el amor de su vida: «No permitiré que se divorcie. Es la versión masculina de mi misma. Estamos hechos el uno para el otro», añadía. Sin embargo, querer parece que no ha sido poder y el divorcio ha llegado finalmente. Justo fue hace tres meses y con los rumores de esta separación cuando el padre de la cantante, Mitch Winheouse, manifestaba su alegría por la separación de su hija, ya que culpaba al marido de los problemas de drogadicción de la cantante. Winehouse ganó en 2008 cinco premios Grammy, el reconocimiento más prestigioso de la industria musical.