Las consecuencias psicológicas de un cambio de rostro
La operación realizada en el Hospital de La Fe de Valencia implica una doble complejidad: física y social.-El receptor tendrá que aceptar <b>su nuevo rostro</b>
Un trasplante de rostro implica múltiples conexiones entre las arterias, venas o nervios del receptor y las del donante. Hasta ahora sólo siete de estas operaciones quirúrgicas han finalizado con éxito. El resultado positivo sólo se obtiene tras comprobar que el receptor no rechaza los tejidos de la parte ajena a su cuerpo. ¿Y después? El éxito sólo será pleno si la persona reconoce a su "nuevo yo" frente al espejo.
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El primer hombre en España receptor de un trasplante de cara "probablemente nunca asumirá que ese rostro es suyo", ha advertido tajante el psiquiatra forense José Cabrera. Por ese aspecto social, la operación resulta complicada por duplicado. "Estamos trasplantando arterias, venas, nervios, tejido subcutáneo, grasa, piel", ha enumerado el coordinador de la Organización Nacional de Trasplantes, Rafael Matesanz. Pero también un rostro que representó una personalidad, un amigo, un familiar, pero un desconocido para el que ahora recibe su donación.
"La cara que ves en el espejo eres tú, pero si te miras al espejo y ves otra cara, aun cuando sepas que eres tú, no te veras a ti mismo", ha apuntado el psquiatra. Por ello, lo primero que deberá hacer el hombre de 43 años intervenido en el Hospital la Fe de Valencia será "acostumbrarse a entender que sigue siendo el mismo, empezar a aceptar su nuevo aspecto", una tarea complicada porque "el cerebro tiene dentro el croquis de nuestra cara desde que nacemos", ha afirmado.
Doble complicación
Es una operación complicada que requiere de varias horas y mucha concentración. "Hay que hacer multitud de uniones de los vasos, de los nervios y se trata de algo muy complejo que puede llevar entre ocho o 16 y 20 horas dependiendo de la parte de la cara del trasplante", ha explicado Matesanz.
Muchas horas de operación, que en nada se quedan si se comparan con el tiempo que necesitará la persona receptora para asumir su nueva imagen. "Deberá someterse a un tratamiento sintomático y luego a una terapia psicológica constante durante el resto de su vida, para que vaya entendiendo poco a poco lo que le ha pasado", ha indicado el psiquiatra forense José Cabrera.
En este sentido, el entorno más cercano es "un elemento clave" en la recuperación psicológica del paciente, según este experto. Su familia y sus amigos "tienen que aprender a tratarle con naturalidad y a no verle con la cara que tiene, sino con la que tenía, y eso es muy complicado porque habrá gente con cabeza y gente sin ella", ha comentado.