Territorio Coixet

El territorio Coixet ha resultado ser "un pueblín" y no "un Universo" como su protagonista ha denominado la caja que guarda sus películas. La directora de cine ha dado rienda suelta a su "pueblín". De un paseo por un mercado de pescado, de una empleada que limpiaba allí los últimos restos de sangre de un atún recién cortado, de su rechazo tajante a ser retratada por una cámara, algo inusual en Japón, y de un paseo de vuelta en metro, surge Mapa de los Sonidos de Tokio, la última película de Isabel Coixet. Ella y su actor protagonista, Sergi López, han hecho los honores esta mañana en Hoy por Hoy.

"Soy una persona que tiene mucho sentido del humor, pero cuando me pongo a escribir me salen unos dramones...", se ha sincerado Coixet. En esta ocasión, la directora de Mi vida sin mí, o La vida secreta de las palabras deja atrás las plataformas petrolíferas para embarcarse directa al corazón de Tokio. Una ciudad que le ha brindado los mimbres necesarios para una cesta en la que la pareja protagonista, resultado de la suma de una japonesa (Rinko Kikuchi) y un español (Sergi López), tiene más en común que de diferencia.

Un puente España-Tokio cuyo principal pilar va a ser la comida. "Una cosa de las cosas que más nos unen a los japoneses es el amor a la comida". Coixet rechaza que los protagonistas se pasen la película "follando", que también. El sexo es para ella "la manera más directa que dos personas, de dos universos completamente diferentes, tienen de unirse de una manera más inmediata". Sin embargo, la directora apela más a la nexo gastronómico entre los protagonistas y ha defendido que "están comiendo todo el rato".

Comer, un acto social que Coixet reivindica. Porque sus protagonistas son tan distintos, como podrían ser los componentes de cualquier pareja, pero no quieren comer solos. "Están gritando al cielo que aparezca alguien con quien compartir el mochi", ha descrito la creadora de ambos personajes. Ella es Ryu, empleada en una lonja de pescado a diario y asesina a sueldo eventual, "una mujer con el código moral equivocado", según Coixet. Él, David, es el último encargo para Ryu.

El sonido de este mapa de Tokio lo pone mucha gente. Como es habitual en las películas de la española, la banda sonora se convierte en un personaje más. Desde canciones que son un mito en Japón, hasta Max Richter o el dúo holandés Kraak & Smaak. El colofón, como siemrpe, corre a cuenta de Antony, amigo personal de la directora. One dove incluida en el último disco de Antony & the Johnsons es una canción que ha permitido a Coixet "no explicar tantas cosas".

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