Detenido en Valladolid el presunto 'violador de la capucha'
Se le imputan nueve agresiones sexuales cometidas desde el pasado mes de febrero
Agentes de la Policía Nacional de Valladolid, tras varios meses de investigaciones, han detenido en su lugar de trabajo al presunto violador de la capucha, José Antonio V.M, nacido en Soria en 1990 y vecino de la capital al que se imputa la comisión de nueve agresiones sexuales registradas entre febrero y septiembre de este año, según informaron a Europa Press fuentes policiales.
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Los hechos comenzaron en el mes de febrero, cuando una mujer denunció en las dependencias policiales que había sido objeto de una agresión sexual. Todo ocurrió en el garaje de su domicilio, en el cual, tras intimidarla previamente con una navaja en el portal del inmueble, la llevó bajo amenazas hasta el mismo y allí llevó acabo la agresión.
Llevaba un pasamontañas
Una semana después, un individuo de similares características actuaba de nuevo en otra calle de la ciudad, si bien en esta ocasión no llegó a cometer su acción, dado que la víctima logró cerrar rápidamente la puerta del portal, dejando en el exterior del inmueble al agresor, el cual en esos momentos ya llevaba puesto el pasamontañas, ocultando sus rasgos físicos.
Una vez se tuvo conocimiento de estos dos hechos, por parte de la Comisaría Provincial de Valladolid se estableció un dispositivo global, en el cual se implicaron a todas las Brigadas de esta Comisaría, comenzando a desplegarse por las dos calles en las cuales se habían cometido las dos primeras agresiones y posteriormente se fue ampliando el radio de actuación a calles y barrios colindantes.
Tras la comisión de este intento de agresión, el individuo no volvió a actuar hasta el mes de abril, cuando de nuevo atacó a una chica en el momento en el que se dirigía a su casa, llevándola mediante la intimidación con un objeto punzante hasta un parque, donde llevó a cabo la agresión.
Dado que se seguía manteniendo el dispositivo especial de prevención, a la vez que el Servicio de Asistencia a la Mujer, perteneciente a la Brigada Provincial de Policía Judicial continuaba con la investigación, se pudo llevar a cabo una inspección del lugar del hecho en condiciones óptimas, importante para la obtención de indicios por parte de Policía Científica, obteniéndose restos biológicos.
Una braga en la cabeza y una sudadera
Pese a que durante ese tiempo, los policías que componían el dispositivo habían intensificado su presencia en las zonas en las que había actuado, dado el amplio radio en el cual actuaba, el detenido llevó a cabo otra agresión sexual durante el mes de abril, siendo de nuevo su víctima una chica, la cual cuando se disponía a entrar en su portal fue abordada por un sujeto que se ocultaba con una pasamontañas, siendo obligada a bajar al garaje de la finca, donde mediante la utilización de una navaja para intimidarla la agredió sexualmente.
Durante este mes, una chica había comunicado a los policías que dirigían la investigación que una noche se había cruzado con un individuo en la zona de la Rondilla, el cual le infundió sospechas, por lo que se marchó apresuradamente hasta su domicilio, entrando rápidamente en el portal y logrando impedir al individuo que entrara. Se percató de que llevaba puesta una braga en la cabeza y una sudadera con capucha.
Finalizando el mes de abril, una chica fue de nuevo objetivo del agresor, el cual desistió de su acción cuando ésta le comunicó que tenía la regla. El agresor desistió y la dejó en el portal de su casa, coincidiendo de nuevo las características físicas con el autor de las anteriores.
Siempre con el rostro cubierto
Todos estos datos que fueron recopilados por los investigadores, no lograban arrojar ninguna luz para conseguir el esclarecimiento de los hechos, puesto que en todas las ocasiones el ahora detenido actuaba siempre con la cabeza cubierta por un pasamontañas, por la capucha de una sudadera, y cubriendo todas las partes de su cuerpo con prendas con la finalidad de no dejar ningún rastro de su acción, por lo que la investigación se comenzó a centrar sobre todo en la prevención de la comisión de hechos de esta índole.
Pese al reforzamiento de la vigilancia policial, en el mes de mayo, volvió a actuar, si bien en esta ocasión, dada la resistencia que mostró la víctima, ésta se introdujo rápidamente en el portal de su inmueble, si bien pudo ver cómo su agresor portaba un pasamontañas y una sudadera con capucha.
Gracias a la colaboración continua existente entre el Cuerpo Nacional de Policía y la Policía Municipal, se logró la obtención de unas imágenes de vídeo de un individuo el cual iba caminando por una calle de las zonas en las cuales se habían producido las agresiones, correspondiendo las características físicas con las facilitadas por las víctimas, si bien, dada la situación de la cámara era imposible identificar plenamente al individuo que salía en las mismas.
A la vez, los agentes encargados en la investigación, dado que el individuo solía actuar en los mismos barrios, comenzaron una línea de investigación encaminada a investigar los jóvenes de la zona, apoyados por los grupos de seguridad ciudadana, los cuales llevaban a cabo identificaciones selectivas.
Con la adopción de todas estas medidas, se consiguió que no volviera a haber ninguna agresión hasta el mes de septiembre, cuando se produjeron dos nuevos hechos. En el primero de ellos la víctima, tras observar a un individuo con una braga de montaña puesta, se dirigió rápidamente hasta su portal, momento en el que el violador salió corriendo tras ella y le impidió cerrar el portal. No obstante, consiguió salir a la calle y pedir ayuda, con lo que puso en fuga a su asaltante.
Herido en una mano
En el segundo caso, la víctima fue abordada en el portal de su inmueble, y cuando el detenido le intentó tapar la boca para que no gritara le mordió fuertemente la mano, logrando escapar y pedir ayuda. La víctima dejó al violador una pequeña herida en la mano.
Ante ello, la Brigada de Seguridad Ciudadana volvió a incrementar las identificaciones de varones que se correspondían con las características físicas aportadas por las víctimas, resultando identificado por el grupo de motos un sujeto cuando se encontraba paseando por el centro de la ciudad.
Todos los datos que se consiguen del mismo fueron facilitados al grupo encargado de la investigación, el cual estableció un dispositivo de vigilancia en torno a su domicilio, el cual se encuentra en la zona de actuación del agresor.
Tras varios días de seguimientos y vigilancias, y tras observar que este sujeto mostraba una herida en una mano, se logró demostrar que se trataba del individuo que fue filmado por una vídeo cámara antes de la comisión de una de las agresiones, por lo que se procedió a su detención cuando se encontraba en su lugar de trabajo.
Se le han imputado nueve agresiones, habiendo consumado tres de ellas. Tras practicarse la detención, se efectuó un registro domiciliario en el cual se intervinieron diferentes prendas, las cuales se corresponden con las descritas por las víctimas.
Una vez se finalicen las diligencias policiales, el detenido pasará mañana a disposición del Juzgado de Instrucción en funciones de Guardia.