Sociedad

Miguel Sebastián: un ministro brillante

(VNEWS)

Miguel Sebastián ha sido el economista de cabecera de Zapatero en los últimos años; tras la caída en desgracia de Jordi Sevilla. Sebastián ha sido, según se dice en el sector, el Rasputín económico de Zapatero. De formación neoliberal, Sebastián saltó a la fama como director del servicio de estudios de BBVA; puesto del que fue despedido en el año 2003. De allí saltó directamente a diseñar el programa electoral de los socialistas para 2004; una elección que provocó sorpresa general en las filas del partido. Suya fue la famosa y nunca aclarada promesa del tipo único del IRPF de la que nunca más se supo.

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Tras su primera victoria electoral, Zapatero rescató a Solbes para dirigir el Ministerio de Economía aunque siguió fiándose más de las opiniones y maniobras que diseñaba y perpetraba Sebastián desde la oficina económica de Moncloa; en donde le colocó. Fue durante años el contrapoder de Solbes, quien no disimulaba su irritación.

Desde ese despacho de Moncloa, Sebastián puso en marcha operaciones tan polémicas como la de tumbar a cualquier precio la compra de Endesa por parte de la multinacional alemana EON. El Gobierno quería controlar la eléctrica y desplazar al entonces presidente Manuel Pizarro, nombrado por el PP. Tantas maniobras irregulares hizo Sebastián que la Unión Europea mantiene abiertos varios procesos contra España y además, al final, Endesa acabó en manos de Enel, la empresa eléctrica pública italiana controlada por Berlusconi y eso que el objetivo proclamado por Zapatero era defender la españolidad de Endesa. Sebastián intentó también sin éxito el asalto al BBVA.

Tampoco le fue mejor en su sorprendente aventura en el Ayuntamiento de Madrid. Zapatero tuvo que tirar de él como último recurso para enfrentarse a Gallardón tras uno de los procesos más desastrosos de búsqueda de candidato a Madrid que se recuerda en el PSOE. Sebastián rebasó todos los límites conocidos en la política española cuando utilizó sin pruebas, insinuaciones sobre la vida privada del alcalde para atacarle en un debate. El resultado fue contundente: el PSOE sufrió una derrota sin paliativos y Sebastián ni tomó posesión de su escaño y se refugió en la Universidad.

Zapatero le debía una y se la pagó tras las elecciones de 2008. Seguramente le hubiera gustado nombrarle vicepresidente económico pero llegaba la crisis y Solbes había sido clave para el triunfo; así que le tocó el Ministerio de Industria desde donde siguió dirigiendo la política económica del Gobierno en la sombra ya que además ha ido colocando a gente suya en la oficina económica de Moncloa. Sus detractores le acusan de ser el autor de ideas tan brillantes como la de los 400 euros que ahora se va a anular.

Desde el Ministerio de Industria ha maniobrado una y otra vez a favor de los intereses de Mediapro y La Sexta, medios dirigidos por personas cercanas a él y al presidente del Gobierno. El último ejemplo, la TDT de pago aprobada de forma extraordinaria y urgente en plenas vacaciones de agosto. Sebastián tampoco ha disimulado sus colaboraciones con el diario El Mundo de Pedro J. Ramirez.

De momento, su paso por el Ministerio será recordado además por dos brillantes ocurrencias: quitarse la corbata en el Congreso y anunciar el reparto de 5 millones de bombillas chinas de bajo consumo; muchas de las cuales siguen almacenadas en las oficinas de Correos.

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