Un Barça busca la primera victoria en Champions ante el Dinamo de Kiev

Barcelona

El FC Barcelona recibe en el Camp Nou (20.45 horas/La 1) al líder del grupo tras la disputa de la primera jornada, el Dinamo de Kiev, que llega en buena forma a un Camp Nou donde ya sabe qué es saborear la victoria, pues el último duelo en la Ciudad Condal acabó con un contundente 0-4.

El Barça, tras su empate en Milán ante el Inter, quiere hacer bueno el punto sumado con un triunfo que alargue su buena racha de victorias -todos los partidos oficiales de la temporada excepto el del Giuseppe Meazza- y que, de paso, le pueda dar el liderato del grupo. Es el estreno del vigente campeón de la competición en casa, y una victoria sería la manera ideal de demostrar la fuerza con la que defenderá el título.

Tendrá bajas importantes, como la de Henry y Chygrynskiy -ambos lesionados, aunque el último no puede disputar la 'Champions'-, pero el Barça cuenta con un auténtico ''abrelatas''. Y es que el sueco Zlatan Ibrahimovic ha igualado al delantero César como delanteros más en forma en el inicio de campeonato, pues cuatro de sus goles han abierto el camino del triunfo para los de Guardiola. El técnico catalán, pues, tiene en el ''gigante'' sueco a toda una garantía para tratar de perforar la portería ucraniana, defendida por el veterano Shovkovskiy. No podrá contar con Bojan ni, con Henry.

No saldrá de inicio Andrés Iniesta, aunque ya ha superado la grave lesión sufrida a finales de la pasada temporada. El manchego ya ha vuelto al equipo aunque siempre saliendo desde el banquillo. Sin duda, ya sea Iniesta, Ibrahimovic, Messi o unos Xavi o Keita siempre peligrosos llegando desde segunda línea de ataque, el Barcelona buscará el gol número 100 en el Camp Nou, en partidos oficiales, desde la llegada de Josep Guardiola al banquillo.

Schevchenko, la gran amenaza

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Además del aspecto económico, sin comparación entre ambos clubes, la gran diferencia sobre el terreno de juego será el ritmo de partidos. Para el Barcelona será su cuarto partido en diez días, mientras que los ucranianos llegan más frescos por lo que será un buen test para comprobar la amplitud de la plantilla barcelonista. El Dinamo de Kiev no da nada por perdido, y pese a que es consciente de que Inter y Barcelona parten como favoritos para pasar a los octavos de final, luchará por intentar dar la sorpresa. De hecho, es un equipo que ya ha dado más de una sorpresa y, entre ellas, alguna con el equipo española como protagonista.

Su líder dentro del terreno de juego es el veterano Andrei Shevchenko, quien tras destacar en el Dinamo disfrutó de una muy buena carrera en Europa, sobre todo en Milán, con el que se proclamó campeón de Europa en 2003 y jugó otra final en 2005. Tras un discreto paso por el Chelsea y un retorno poco fructífero a San Siro, volvió a casa. El atacante esperaba repetir el ''hat-trick'' que le endosó al Barça en aquel 0-4 de la fase de grupos de la Liga de Campeones de 1997/98. Sin embargo, una inoportuna lesión en la cara le puede dejar fuera de la convocatoria, y aunque los médicos apurarán hasta el último momento, todo apunta a que ''Sheva'' deberá esperar hasta el partido en Kiev.

El Barça no se fía

De todos modos, el entrenador Valeri Gazzaev, que también tiene lesionado a Artem Kravets, cuenta con otro ariete de gran valor como el internacional ucraniano Artem Milevskiy, que en la Liga ucraniana, ya suma 5 goles en 8 partidos, Yarmolenko, otra joven promesa, podría tener protagonismo en caso de que se confirmase la baja de Shevchenko. Gusev, Yussuf y Magrao fueron los autores de los goles que dieron el triunfo ante el Rubin Kazán (3-1). Todos son centrocampistas, lo que demuestra que el entrenador ruso también apuesta por la llegada de los hombres de segunda línea para dar apoyo a los hombres de la punta de ataque.

Por ello, el FC Barcelona no debe fiarse ante un rival que, probablemente, jugará sus bazas al contragolpe. Además, Pep Guardiola no habrá olvidado que el año pasado, otro equipo ucraniano como el Shakhtar, ganó también en el Camp Nou (2-3), aunque no había nada en juego para los ''culés''.