Tráfico apuesta por imponer las "zonas treinta"
La DGT ultima un convenio con la Federación de Municipios y Provincias en el que se establece una "ordenanza municipal tipo"
La Dirección General de Tráfico (DGT) ultima un acuerdo con la Federación de Municipios y Provincias (FEMP) en el que ambos sienten una "ordenanza municipal tipo". Se trata de crear un "marco legal" a nivel municipal de lo que la Ley General de Tráfico es a nivel de carreteras. Entre otras novedades, establece el fomento de las denominadas ''zonas treinta'', calles en las que la limitación de la velocidad es 30 kilómetros por hora.
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La directora del Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la DGT, Ana Ferrer, ha explicadoque "en estos momentos la única fórmula legal para ordenar la movilidad es la Ley de Tráfico", que es una norma "pensada para la carretera", que aunque "en términos generales" dispone de criterios "adaptables a la ciudad, en términos específicos, no".
"La ciudad es distinta en muchos aspectos", ha indicado Ferrer, quien ha insistido en la necesidad de que los ayuntamientos dispongan de "un paraguas legal para poder gestionar algunas medidas que son eficaces, pero que no las pueden aplicar". Así, ha indicado que la Ley de Tráfico no establece criterios de "pacificación de tráfico", o lo que es lo mismo maneras de señalizar o realizar obras en determinadas calles para reducir la velocidad de los vehículos.
Zonas 30
Aunque todavía no se ha alcanzado un acuerdo sobre la ordenanza tipo con la FEMP, Ferrer ha avanzado que uno de los objetivos es fomentar las zonas de la ciudad con máximo de velocidad a 30 kilómetros por hora. "Está demostrado que a 30km/hora las posibilidades de sobrevivir son muchas y de evitar el atropello son muchísimas", ha señalado.
Además, ha asegurado que donde más atropellos se producen es en calles de poco tráfico donde los peatones se "confían", y que representan el 80% de las vías de las ciudades. A su juicio, esas calles son susceptibles de convertirse en "zonas treinta" para reducir los accidentes, ya que "la calle no es para el vehículo es de los ciudadanos, de los peatones, de los que andan".
"El vehículo tiene que saber que es el segundo o el último de la fila", ha subrayado la responsable de la DGT, quien ha insistido en que "la ciudad es para las peatones que lo habitan", y el vehículo es el que ha venido "posteriormente" por lo que no se pueden establecer políticas de movilidad que lo sitúen como "el amo", sino que deben ser los coches los que se "adapten" a los peatones.