Estrés, falta de sueño o alcohol pueden desencadenar una crisis epiléptica
El diagnóstico puede demorarse hasta doce años
Factores ambientales como el estrés, la falta de sueño o la ingesta de alcohol favorecen la aparición de crisis epilépticas en muchos pacientes, pero en la mayoría no es posible identificar un factor que las provoque, por lo que en muchos casos se retrasa su diagnóstico como media hasta dos años, según explica el doctor Antonio Gil-Nagel, especialista en epilepsia del Hospital Ruber Internacional de Madrid.
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El doctor Antonio Gil-Nagel, que es uno de los coordinadores del Campus de la Epilepsia, una plataforma 'on line' dirigida a neurólogos, puesta en marcha por el Grupo de Epilepsia de la SEN, con la colaboración de Janssen-Cilag, explica que, "e incluso, en algunos casos, si las crisis están muy espaciadas, se puede tardar hasta doce años", explica.
La epilepsia es una patología que tiene un amplio abanico de manifestaciones. La variedad afecta tanto a sus manifestaciones clínicas como a su gravedad y frecuencia. No obstante, los síntomas más reconocibles de una crisis epiléptica son las convulsiones, las manifestaciones de esta enfermedad pueden ser muy inespecíficas, como pequeñas sudoraciones, cambios en la respiración, dificultad para concentrarse, desconexión del entorno y ausencias momentáneas, entre otros.
"A veces al paciente se le duerme un lado del cuerpo, tiene un malestar en el estómago, de repente ve luces, tiene, sensaciones extrañas, miedo, terror o risa incontrolable. Estos síntomas son tan inespecíficos e incluso en algunos casos tan leves que hace que el diagnóstico se complique mucho", explica el doctor José Angel Mauri, neurólogo del Hospital Clínico Universitario de Zaragoza y coordinador del curso.
Asimismo, recuerda que hay epilepsias que se deben a daños cerebrales: traumatismos en el parto, daños por accidentes, por infartos cerebrales, tumores y hay otro grupo de origen genético. En ambos grupos los efectos son unas descargas en las neuronas que es lo que generan las crisis epilépticas. La epilepsia puede ser focal, centrada en una zona limitada del cerebro; o generalizada, que se producen cuando la descarga se produce en todo el cerebro simultáneamente.
Actualmente, aunque no hay estudios sobre la prevalencia de la epilepsia, teniendo en cuenta los realizados en Europa, se estima que en España afecta a ocho de cada mil personas. Esto equivaldría a más de 300.000 sobre una población de 40 millones.
La mayoría responde al tratamiento
En la actualidad la neurología persigue un tratamiento de esta enfermedad en profundidad, porque según el doctor Gil-Nagel, las consultas limitadas a aumentar la medicación si las crisis persisten ya no funcionan. En este momento todas las investigaciones están enfocadas a buscar la causa que está provocando la enfermedad epiléptica, reducir las crisis e indagar otras razones que están haciendo difícil la vida del paciente, como puede ser la ansiedad.
En la actualidad hay un amplio abanico de tratamientos para tratar las crisis epilépticas, a los que responde el 75 por ciento de los pacientes. "Aun así hay un 25 por ciento que son refractarios a los medicamentos. En estos casos hay que considerar una posible cirugía", indica este experto.
Por otra parte, el doctor Jerónimo Sancho, jefe del Servicio de Neurología del Hospital General Universitario de Valencia y también coordinador del campus, recuerda que hay tanto crisis epilépticas que no se diagnostican como casos que se tratan como de epilepsia y que en realidad no lo son.
"El Campus contempla un curso de iniciación para médicos que acaban de hacer la residencia en neurología y quieren profundizar en esta enfermedad; y uno avanzado, para neurólogos que se quieren subespecializar en epilepsia", indica Sancho.