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Un informe encargado por Holanda asegura que la invasión de Irak fue ilegal

La comisión independiente responsable del estudio señala que la guerra en el país comenzó sin resoluciones de la ONU que la justificaran

La invasión de Irak fue ilegal y comenzó sin unas resoluciones de la ONU que la justificaran. Estas son las conclusiones de un nuevo informe encargado por el Gobierno holandés a una comisión independiente. Precisamente, hoy ha comparecido en la comisión que investiga la participación del Reino Unido en la guerra de Irak el autor del informe sobre la capacidad nuclear del país árabe que justificó la intervención. Alistair Campbell ha negado que el informe se maquillara para hacer mayor el riesgo y que Blair recibiera ningún tipo de presión desde Washington.

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Las resoluciones de la ONU sobre el programa de armamento de Sadam Husein no eran suficiente para justificar la invasión de Irak que llevaron a cabo EEUU y Reino Unido en marzo de 2003, según las conclusiones de la investigación realizada por orden del Gobierno holandés.

"La resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Irak de los 1990 no daba un mandato para la intervención militar británico-estadounidense en 2003", señala el documento, elaborado por un comité gubernamental que critica duramente al Gobierno holandés de la época que integraban los cristianodemócratas y los liberales del VVD.

"El Gobierno holandés prestó su apoyo político a una guerra cuyo objetivo no era consecuente con la política del Gobierno holandés", reza el informe, recogido por la prensa local. El documento subraya que el primer ministro, Jan Peter Balkenende, fue prácticamente mantenido al margen del proceso de decisión. Fue el entonces ministro de Exteriores, Jaap de Hoop Scheffer, quien habría elaborado la postura de su país durante una reunión con funcionarios en agosto de 2002.

Asimismo, critica el hecho de que los servicios de inteligencia holandeses se basaran en la información ofrecida por sus homólogos británicos y estadounidenses, sin realizar una evaluación de los riesgos que realmente planteaba el programa de armas de destrucción masiva de Irak. "En lugar de ello, los ministros y sus departamentos extrajeron aquellas declaraciones (...) que eran coherentes con la posición que ya se había adoptado", lamenta el documento.

Por otra parte, denuncia que no se reveló al Parlamento el contenido de la petición estadounidense de cooperación militar en noviembre de 2002. A este respecto, señala que "aparentemente hasta el momento de la invasión había confusión sobre lo que EEUU había pedido a Países Bajos y cuál era la política".

Así, aunque el 17 de marzo de 2003, dos días antes de la invasión, Balkenende dijo a otros dirigentes de su partido que no se emprendería ninguna acción para que el país "fuera incluido como miembro de la coalición encabezada por EEUU", Washington incluyó a este país europeo entre los miembros de su coalición porque el Ministerio de Exteriores no informó a su embajador en Estados Unidos sobre su posición.

Por último, el presidente de la comisión, Willbrord Davids, subrayó que ésta contó con la plena colaboración de los ministros y funcionarios, e incidió en que su objetivo no era dar un veredicto político sobre lo ocurrido. "Eso le corresponde al Parlamento", subrayó.

 
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