El Ibex 35 cierra la sesión con un recorte del 2,3% y pierde el nivel de los 10.900 puntos
La banca sufre el castigo de los inversores la víspera de la reunión del Banco Central Europeo para decidir sobre los tipos de interés
El parqué madrileño ha cerrado la sesión con una fuerte caída del 2,27%, que ha dejado al Ibex 35 en el nivel de los 10.888,4 puntos, arrastrado por la banca, que otra vez sufre el castigo de los inversores. Después de tres días seguidos de ascensos, el Ibex ha perdido todo lo ganado durante la semana, en la víspera de la reunión del Banco Central Europeo (BCE) para decidir sobre los tipos de interés.
Más información
El mayor descenso del día fue Banco Popular, que ha cedido un 4,59%, seguido de Mapfre (-4,48%), que ha presentado sus resultados, BBVA (-4,18%), Bankinter (-4,14%), Banco Santander (-3,86%), Banesto (-3,10%), Banco Sabadell (-2,25%), Telefónica (-2,01%), Iberdrola (-0,96%) y Repsol YPF (-0,72%).
Por el contrario, en el lado de las subidas se han situado Telecinco (+2,54%), Grifols (+1,95%), Enagás (+1,53%), Técnicas Reunidas (+0,94%), Iberia (+0,64%) y REE (+0,24%).
En Europa, los principales indicadores han registrado descensos más leves que Madrid y Francfot se ha dejado un 0,66%, seguido de París, que ha perdido un 0,49%.
En el mercado de divisas, el euro pierde posiciones frente al dólar y al cierre de la sesión bursátil el cambio entre las dos monedas ha quedado en 1,3915 unidades.
España, como Portugal y Grecia
La jornada ha estado marcada por la advertencia de Bruselas sobre la situación de España, que comparte "problemas comunes" con Portugal y Grecia, país cuya crisis presupuestaria ha multiplicado en los mercados las especulaciones sobre el riesgo de quiebra.
Además, el Nobel de Economía, Paul Krugman, se ha hecho eco de las advertencias vertidas recientemente por el profesor de la Universidad de Nueva York Nouriel Roubini en el Foro Económico Mundial celebrado en Davos que apuntaban a España como el principal riesgo para el euro, incluso por encima de Grecia.
No obstante, el Ejecutivo comunitario ha respaldado el último plan de ajuste presentado por el Gobierno de Atenas, aunque ha establecido un mecanismo reforzado de vigilancia presupuestaria de las cuentas griegas y ha amenazado con exigir nuevas medidas si hay desviaciones en la aplicación del programa.