S.O.S. contra los toros de Aguirre
Unas trescientas personas protestan en Madrid contra la intención de los gobiernos de Madrid, Valencia y Murcia de declarar los toros Bien de Interés Cultural
Los activistas denuncian el oportunismo político de Esperanza Aguirre - que ha aprovechado, dicen, el debate en Cataluña para acaparar portadas -, y anuncian más movilizaciones
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La plaza del Callao, en el centro de Madrid, se ha convertido esta mañana en un improvisado tendido. No hay toros en la plaza, sino 30 cuerpos desnudos, ensangrentados y con banderillas clavadas que forman un S.O.S. humano. Otras 80 personas, vestidas de negro, arrodilladas y con las manos manchadas de sangre sostienen carteles con un directo "TAUROMAQUIA NO". Es el grito silencioso de auxilio que lanzan los activistas de Equanimal, la asociación en defensa de los animales que ha convocado esta protesta. Consideran que declarar la fiesta de los toros Bien de Interés Cultural es un retroceso social porque se trata de una práctica que, en su base, consiste en maltratar hasta la muerte a animales indefensos.
"Muchas personas dentro de la clase política tienen intereses económicos en las corridas. Declarar los toros Bien de Interés Cultural es una estrategia para blindar su negocio, porque esto impediría el debate de su prohibición en el Parlamento". Rafael Boró, portavoz de Equanimal, critica así el oportunismo político de Esperanza Aguirre, la primera presidenta autonómica en anunciar que los toros serán patrimonio de la región madrileña, porque son una tradición. Boró cree que "los toros son una tradición, pero el progreso es el resultado de avanzar dejando atrás las tradiciones que no tienen cabida en la sociedad". Los activistas amenazan con intensificar sus protestas si las autonomías de Madrid, Valencia y Murcia siguen adelante con su idea.
Hace ahora diez días, y coincidiendo con el debate en el Parlament catalán sobre la prohibición de las corridas, el gobierno de Esperanza Aguirre anunció su intención de declarar los toros Bien de Interés Cultural. Otros gobiernos autonómicos, como el de Camps, en Valencia, o el de Valcárcel, en Murcia, se han unido a esta iniciativa. El PP extremeño está buscando el apoyo del grupo socialista, en el poder, para proteger también en su comunidad las corridas de toros.