Las nuevas calderas, una forma de contribuir al ahorro energético
Las nuevas instalaciones térmicas mejorarán la calidad del aire en las ciudades al reducir las emisiones de gases contaminantes
Desde principios de año la instalación de nuevas calderas en España debe obedecer unas normas de ahorro energético y de respeto al medio ambiente. En concreto, ya no se ponen calderas de una estrella y es obligatoria la instalación de calderas de condensación. Además, desde 2012 las calderas de dos estrellas y las de carbón tampoco podrán ser instaladas.
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Según la Federación Española de Generadores y Emisores de Calor por Agua Caliente, este tipo de aparatos permite un ahorro energético de entre un 20 y un 30% en comparación con las calderas convencionales. Y parece que el mensaje por el ahorro energético ha calado, porque desde 2007 se ha multiplicado por 15 su número (representan ya el 28% del total de sistemas de calefacción en nuestro país). Además, la mayoría de las Comunidades Autónomas han establecido planes de ayuda para la renovación de las calderas.
Objetivo: una vivienda autosuficiente
Todas estas medidas se incluyen dentro del nuevo Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios y persiguen además que en el año 2018 las nuevas viviendas que se instalen en nuestro país sean capaces de producir su propia energía, tanto la calorífica como la eléctrica.
Las nuevas instalaciones térmicas mejorarán la calidad del aire en las ciudades al reducir las emisiones de gases contaminantes. El objetivo del plan del Gobierno es reducir gradualmente el uso de combustibles sólidos y la incorporación de sistemas de reutilización de la energía reforzando, por último, el uso de la biomasa y de la energía solar. Eso sí, aún no es necesario realizar ningún cambio en una vivienda si la caldera actual, sea del tipo que sea, funciona correctamente.