Cazar a los infractores extranjeros

En estos momentos, si un radar fotografía un coche con matrícula foránea cometiendo una infracción, o hay un guardia civil que lo pare o la multa nunca llega a cobrarse. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha puesto en marcha un sistema para que no puedan escaparse.

Se trata de cuatro radares fijos que están instalados en Castellón, Murcia, Alicante y Zamora, zonas donde -en verano- hasta el 40 % de las infracciones las cometen conductores con vehículos extranjeros.

El sistema es muy sencillo: El radar fijo fotografía al coche que, por ejemplo, ha superado los límites de velocidad, y envía la imagen, además de al centro gestor de multas, al ordenador de un guardia civil que se encuentra a unos kilómetros de distancia. El agente lo para, le enseña la foto, tramita la multa y, si el conductor no la paga, se le inmoviliza el vehículo.

Los ciudadanos que conducen con una matrícula foránea están obligados a cumplir las normas de tráfico al igual que en su país, pero la falta de unificación del proceso sancionador provoca que, en la práctica, una multa impuesta a un extranjero no llegue a tramitarse, con lo que no recibe la notificación en el buzón de su casa cuando regresa a ella.

Hoy la única forma de ser multado en un país europeo es que una patrulla pare al infractor 'in situ' y que éste abone la sanción en metálico.

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