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Los observadores destacan la masiva y entusiasta afluencia a las urnas

La oposición intentará recuperar los escaños perdidos en los comicios de 2005 para frenar los proyectos socialistas

Hugo Chávez vota en las elecciones parlamentarias de Venezuela / REUTERS(Reuters)

El mandatario venezolano, Hugo Chávez, somete a prueba su revolución bolivariana en unas elecciones cruciales en las que buscará mantener su poder en la Asamblea Nacional, para garantizar el futuro de su proyecto político y encaminarse así a los comicios del año 2012, en los que el líder socialista intentará conservar la Presidencia por seis años más.

Los observadores internacionales que evalúan el desarrollo del proceso electoral en Venezuela han resaltado la afluencia masiva de los ciudadanos a las urnas. Además, han destacado el entusiasmo y la paciencia de los venezolanos por participar en estos comicios.

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Tras ejercer su derecho a voto, el actual presidente, Hugo Chávez, ha afirmado que la participación rondará el 70%, según las previsiones que maneja su partido. Asimismo, ha reiterado que respetará los resultados sean "favorables o no".

Intensa pugna etre 'chavistas' y 'opositores'

Mas de 17,7 millones de venezolanos están convocados a las urnas para elegir a los 167 miembros de la Asamblea Nacional y a sus 12 representantes en el Parlamento Latinoamericano. Las proyecciones en cuanto a la abstención son mínimas, por tratarse de una de las elecciones más trascendentales de la historia democrática de ese país.

Con ésta son 13 las elecciones que se celebran desde que llegó al poder en 1999, de las que Chávez sólo ha perdido una, en 2007, pero que finalmente no tuvo el efecto que la oposición deseaba porque las reformas más trascendentales que intentó aprobar en esos comicios las logró llevar adelante por otras vías, como por ejemplo, la reelección indefinida de todos los cargos.

A diferencia de las contiendas anteriores, estas han estado precedidas de una intensa campaña que reavivó aún más la pugna entre 'chavistas' y opositores. La necesidad de los primeros de conservar la aplastante mayoría y la urgencia de los segundos por recuperar los escaños perdidos, ha provocado una radicalización casi inédita de los dos polos que dominan la vida política venezolana.

Para garantizar el futuro de su revolución, Chávez necesita repetir su suerte del año 2005 cuando el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) logró la mayoría absoluta, después de que la oposición se retirara de la contienda denunciando una supuesta posición a favor del Gobierno por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE).

Pero este año el panorama es muy distinto. La oposición por primera vez ha acordado una cohesión en la Mesa de Unidad Democrática (MUD) para hacer un frente común a Chávez y poder recuperar los escaños en el Poder Legislativo, sin que se hagan tan evidentes sus diferencias internas.

Algunos de los sondeos muestran un posible empate técnico entre el 'chavismo' y la coalición opositora, pero todo parece indicar que el PSUV continuará siendo mayoría y la MUD podría acaparar un tercio del Parlamento unicameral, lo que se traduciría en el fin de la libertad de la que ha gozado Chávez en estos cinco años para aprobar cuanta ley ha deseado.

"Sólo un aviso de lo que les vamos a hacer el domingo a los escuálidos (opositores): los vamos a demoler. Este año 2010 tenemos que ganar esta pelea bien ganada, por 'nocaut'. Porque viene el 2011 y ya huele a 2012", exclamó el mandatario bolivariano este jueves en el multitudinario cierre de su campaña.

La estrategia del mandatario venezolano ha consistido en hacer ver a la población que el regreso de los "escuálidos" podría ser el fracaso de programas dirigidos a los pobres -que suman más del 60 por ciento de la población- a la vez que un retroceso en el supuesto desarrollo económico y social de esa nación sudamericana.

 
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