La grabación de la Radio Patrulla de la Policía Nacional ecuatoriana correspondiente al pasado 30 de septiembre reveló que algunos de los agentes que participaron en la sublevación tenían la intención de asesinar al presidente, Rafael Correa, en un intento de golpe de Estado En la grabación, se escucha la voz de uno de los policías sublevados que insta a los agentes que se encontraban custodiando al mandatario en el hospital a matarlo. «Maten rápido a ese hijo de puta de Correa, que lo maten para que se acabe esto ya, que se acabe esta protesta (...). Mátenle, embósquenle, dispárenle», recoge la grabación. Este mismo agente exhorta a sus colegas a acabar con la vida del dirigente si se niega a suspender los trámites de aprobación de la Ley de Servicio Público, que elimina las bonificaciones salariales, por la que se manifestó el colectivo. «Boten bala, no dejen salir a ese maldito (...), ese man (hombre) no sale si no firma, hoy no sale», insiste. No obstante, también se escucha a otro policía que insta a los demás a mantener la calma y a no agredir a Correa. «A ver, compañeros, no hablemos de asesinatos, somos policías, somos representantes de la autoridad, defendamos nuestros derechos pero ese ciudadano que se largue y que deje de ser presidente», indica. «No somos revolucionarios, somos ciudadanos que protegemos nuestra integridad y exigimos nuestros derechos, tal como lo estipula la Constitución de la República que aprobó el señor presidente», prosigue el agente. Esta grabación confirma las tesis del Gobierno, cuyos miembros temieron en todo momento por la integridad física de Correa, quien permaneció retenido durante 12 horas en el Hospital de la Policía Nacional hasta ser rescatado por las Fuerzas Armadas. Extendido el estado de excepción Por su parte, Rafael Correa, extendió este martes hasta el viernes el estado de excepción a petición de la Asamblea Nacional, cuya seguridad fue asumida por un fuerte contingente militar compuesto por un tanque, dos tanquetas y decenas de soldados. Mediante un decreto ejecutivo, Correa decidió «renovar el estado de excepción en todo el territorio nacional, en razón de que algunos integrantes de la Policía Nacional en la sede de la Asamblea Nacional produjeron actos bochornosos (...) con el fin de impedir el normal desenvolvimiento de las actividades en esa función del Estado». Según el decreto, la actitud de los policías en el legislativo «podría generar una grave conmoción interna», por lo que se «ratifica la movilización nacional y militar de las Fuerzas Armadas, para garantizar la soberanía nacional, el orden interno en toda la República».