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Lucha contrarreloj para hacer un dique que evite otra riada tóxica en Hungría

El trabajo continúa en el poblado de Kolontár, en el oeste de Hungría, para construir un dique de contención que frene una segunda riada de "barro rojo" tóxico de la cercana represa de una empresa de aluminio

Vista general del derrumbe del muro de contención de la balsa de la empresa metalúrgica MAL cerca de la localidad húngara de Ajka (EFE / Lajos Nagy)(EFE / Lajos Nagy)

La portavoz de Protección Civil, Györgyi Tüttös, dijo que el dique tendrá una longitud de unos 1.500 metros, de los cuales 1.000 ya han sido construidos y aseguró que las grietas detectadas el jueves pasado en el principal dique de la represa no han crecido desde hace dos días

El trabajo contrarreloj continúa este lunes en el poblado de Kolontár, en el oeste de Hungría, para construir un dique de contención que frene una posible segunda riada de "barro rojo" tóxico procedente de la cercana represa de una empresa de aluminio.

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La portavoz de Protección Civil, Györgyi Tüttös, dijo que el dique tendrá una longitud de unos 1.500 metros, de los cuales 1.000 ya han sido construidos. La obra, de 5 metros de altura media y 25 metros de ancho, está construida con unas 40.000 toneladas de rocas dolomíticas.

Tüttös aseguró que las grietas detectadas el jueves pasado en el principal dique de la represa no han crecido desde hace dos días.

Otra de las obras importantes es bombear agua desde la "balsa 9", vecina a la "balsa 10" que causó la catástrofe, hacia otros depósitos para reducir la presión sobre las paredes dique.

El secretario de Estado de Medio Ambiente, Zoltán Illés, dijo ayer que el dañado muro norte de la represa "se desmoronará" seguro, tarde o temprano, por lo que las autoridades decidieron construir un dique de contención.

Se trata de una medida de precaución, ya que lo que queda de "barro rojo" en la represa es material menos líquido, por lo que su alcance sería menor que la semana pasada y podría llegar sólo a unos mil metros, justo hasta las primeras casas de Kolontár.

Siete personas murieron la semana pasada y más de un centenar resultaron heridas a causa del vertido de "barro rojo", una sustancia tóxica procedente de la producción de aluminio de la empresa húngara MAL.

Cinco expertos de la Unión Europea (UE) están ya en Hungría con el fin de determinar el tipo de ayuda que necesita el país para enfrentar esta crisis.

El Gobierno húngaro analizará hoy la situación y posteriormente el primer ministro, Viktor Orbán, tiene previsto hacer un anuncio en el Parlamento de Budapest.

 
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