Hay un muerto en mi casa
Cómo desprendernos de unos huesos que aparecen en el sótano sin meternos en un buen lío
Imagine que es usted médico y que, dos décadas después de iniciar su profesión, recuerda algo que había olvidado. En su sótano todavía conserva el esqueleto completo de un varón de unos 50 años con el que había hecho prácticas. La pregunta es obvia: ¿Cómo deshacerse de los huesos sin meterse en un buen lío?
Después de 20 años como médico, el dueño de un cadáver recordó que todavía conservaba en el sótano de su casa un esqueleto completo de un varón de unos 50 años con el que había hecho prácticas.
Un cadáver olvidado dentro de una bolsa de terciopelo y que ahora se había convertido en un incómodo utensilio del que se quería deshacer.
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Tirarlo a la basura fue la primera opción pero la descartó de inmediato porque podría provocar un verdadero revuelo y la intervención de la policía si llegaba a ser descubierto.
¿Enterrarlo...?, peor. El propietario se imaginó a sí mismo pillado in fraganti mientras trataba de buscar una excusa coherente.
Entregarlo a la policía tampoco le pareció una buena solución. No tenia ningún tipo de documento que acreditara el origen del esqueleto y no sabría que responder si le hacían preguntas.
Por fin una consulta telefónica le dio la solución y aplaco la ansiedad que comenzaba a desbordarle. El departamento de anatomía de la Facultad de Medicina aceptaba gustoso la donación del esqueleto, sin preguntas, sin papeles y a plena luz del día. Un viaje de ida y vuelta, 20 años después al mismo sitio de donde salió.
Un saco de terciopelo lleno de huesos
07:19
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Javier Álvarez
Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en La Cadena SER donde esta vinculado a la sección de Justicia...