Un genio humilde: Le llamaban 'Mister Cagada'

Luis García Berlanga era además de un genio, un genio sin vanidad. Su libro de memorias, que escribió con la ayuda de Jesús Franco se titula Bienvenido Mister Cagada y en él contaba que cada vez que rodaba una escena, al cortar, siempre decía: Menuda cagada!

Eso debían pensar también los censores, que se volvían literalmente locos buscando blasfemias y ofensas. Sus películas sufrieron tijeretazos a diestro y siniestro: "Estaban realmente obsesionados conmigo. De hecho, nunca me dejaron filmar rodar en la Gran Vía de Madrid por temor a que sacara a un cura a la puerta del Pasapoga". Eso contaba, entre risas, Berlanga en el año 2003, cuando se conmemoraban los 50 años de Bienvenidos Mister Marshall y él confesaba haber sufrido horrores al tener que ver su película otra vez.

Luis García Berlanga no se quitaba mérito, pero supo compartir su talento y completarlo con los demás. Empezó codirigiendo Esa pareja feliz (1951) con Juan Antonio Bardem y desde 1961, trabajó en equipo con el guionista Rafael Azcona. Juntos dieron mandobles sarcásticos a la pacata y miserable sociedad franquista desde Plácido, una feroz crítica a la caridad malentendida, que para escarnio de los censores franquistas fue candidata al Oscar.

Otro de sus grandes aciertos fue la creación de grandes repartos corales, en los que los actores hablaban atropelladamente y se pisaban los unos a los otros. Le sacaba de quicio que a los actores de reparto les llamaron secundarios: "Mis películas son ellos, y me niego a llamarles así. Son cómicos, especializados en papeles característicos".

Guionistas, actores y equipo. Berlanga veía el cine como una industria que debía unirse y crecer como la francesa. Por eso, hace 25 años fue miembro fundador de la Academia de Cine Español, esa misma Academia, donde desde esta tarde se abrirá su capilla ardiente para que espectadores y compañeros de profesión rindan homenaje al genio humilde del cine español del siglo XX.

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