Bon appétit. Sabor triste de amor
El subtitulo de 'Bon appétit' da la clave de su encanto: historias de amigos que se besan. Unax Ugalde y la actriz Nora Tschirner se abrazan con la nariz enrojecida por el frío y sepultados en bufandas bajo las heladas brutales del invierno de Zurich. La ópera prima del montador David Pinillos ('Gordos') cuenta una historia de amor con altibajos y decepciones. Como la vida misma. La trituradora del cine comercial suele pulverizar una película en dos semanas, y sólo algunas de las pequeñas consiguen sobrevivir al envite las superproducciones.
La receta para que estos minúsculos filmes respiren es una extraña combinación de sutileza y naturalidad, que en este caso comparte el aroma melancólico de 'Antes del amanecer' (1995). El rodaje en Zurich, la tensión sentimental, la rivalidad profesional de cocineros de altos vuelos y el tono realista - a ratos amargo- hacen que 'Bon appétit' sea todo un placer que obtuvo varias recompensas en el pasado festival de Málaga: Premio Especial del Jurado, Mejor guión y Mejor actor (Unax Ugalde).
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Habrá que seguir con atención a este director segoviano que ha conseguido sus objetivos: "Quise hacer una historia de cocina y amores imperfectos". El vitoriano Unax Ugalde también borda su papel de cocinero enamorado e indeciso, pero muy competente con el cuchillo: "Era lo más difícil, cortar cebolla y mirar a la chica sin cortarme". Con tanto trajín culinario ha perfeccionado su tortilla de patata: "Con cebolla confitada".