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Google evita a sus empleados las tareas rutinarias

Pagar a una web para que haga en su lugar las labores cotidianas es el nuevo reclamo de las grandes firmas tecnológicas para retener a sus mentes más brillantes

Hacer la colada, montar un mueble de Ikea o pasear al perro son sólo ejemplos de lo que un desarrollador de Google, Twitter o Digg ya no tendrá que hacer por sí mismo.(TASK RABBIT)

Hacer la colada, montar un mueble de Ikea o pasear al perro son sólo ejemplos de lo que un desarrollador de Google, Twitter o Digg ya no tendrá que hacer por sí mismo.

Madrid

Hacer la colada, montar un mueble de Ikea o pasear al perro son sólo ejemplos de lo que un desarrollador de Google, Twitter o Digg ya no tendrá que hacer por sí mismo.

La competencia es feroz entre las grandes firmas tecnológicas. La lluvia de ofertas que un desarrollador estrella llega a recibir de otras empresas del sector obliga a los magnates de la Red a mimar a sus empleados. Se trata de una nueva cultura empresarial en la que el trabajo ha de ser divertido y el descanso abundante para que las mentes más brillantes de la programación rindan a plena potencia, estén satisfechas y no se pasen al bando contrario.

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Para ello, Google, Twitter o Digg, entre otras, están tentando a sus empleados con un 'caramelo' de lo más curioso: crédito en un servicio online que les libera de las tareas engorrosas. Hacer la colada, montar un mueble de Ikea o pasear al perro son sólo ejemplos de lo que un genio de la informática ya no tendrá que hacer por sí mismo. Una camada de conejos rosa lo hará encantada. No es una broma, así de curioso es el 'look' de los miembros de TaskRabbit, una 'startup' tecnológica cuya popularidad en Estados Unidos está creciendo como la espuma.

Un negocio en el que todos ganan

Es la transacción perfecta. Las mentes más creativas de la Red desahogan su ajetreada rutina, se libran de toda labor ajena a la informática y tienen más tiempo para descansar y escribir código, que al fin y al cabo es lo que interesa a sus empresas. Y mientras tanto, los que llevan a cabo las tareas se sacan un sobresueldo o una ayuda económica para ir tirando en tiempos de crisis. Y es que con un tasa de desempleo en Estados Unidos del 9,6% en septiembre no son pocos los que están dispuestos a asumir la carga de trabajo que los privilegiados de Silicon Valley desestiman.

Los 'runners', así se autodenominan, son hiperactivos dentro y fuera de la Red. Atienden diligentemente las peticiones que empresas y particulares dejan en su web, su Facebook o su Twitter, pero también se han pasado en varias ocasiones por la sede de Google, la de Twitter y la de Digg para hacer trabajo de campo.

De un perro sin comida a un conejo rosa

TaskRabbit, como casi todas las buenas ideas, surgió de manera accidental. Era una fría tarde de febrero de 2008, Leah y su marido Kevin se estaban preparando para salir a cenar cuando se dieron cuenta de que no tenían comida que dejar a su perro Kobe. Mientras trataban de dar con una alternativa culinaria apta para su mascota, a Kevin se le encendió la bombilla: "¿no sería genial que hubiera una web en la que pedir lo que necesites?" Eso es lo que hicieron, y así nació Run my Errand, el germen de lo que hoy se conoce como TaskRabbit.

 
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