'Megamind', carne de psicoanálisis
Dreamworks vuelve a reventar taquillas pero no saltan lágrimas de risa ni emociona como otras producciones anteriores
Megamind es un héroe cabezón y azul, villano por fuera y buen chaval por dentro. En el reparto de papeles vitales le ha tocado ser el malo y pelearse con el bueno de la película que es Metro Man, un guaperas morenazo y de mandíbula cuadrada, que está cansado de salvar al mundo. Los dos son carne de diván y terapia. ¿No se están pasando los de Dreamworks con sus argumentos megaprofundos?
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Cada año que pasa los grandes estudios de animación tienen que dar un salto mortal con tirabuzón, hacer el más difícil todavía para encontrar un argumento que emocione a los padres y distraiga a los críos. En el género de héroes, 'Los Increíbles' dio en la diana, mezclando con humor e inteligencia las rarezas de esa familia que comparten manías y miserias con cualquier clan de simples mortales.
Con 'Megamind', Dreamworks vuelve a reventar taquillas pero no saltan lágrimas de risa, y tampoco hay una sola escena que encoja el corazón como pasó con 'Up'. Los niños la contemplan como una simple historieta de malo que se vuelve bueno. Mientras los héroes padecen su crisis de identidad, la ciudad es literalmente machacada por un tercer héroe lerdo -Titán- que arranca y destroza edificios. ¿Subtexto conectado con el 11 de septiembre? ¿Mensaje de aviso a las nuevas generaciones?
Joyas anteriores
Quizá solo sea falta de inspiración. Una pequeña crisis creativa en un colectivo que en los últimos años ha hecho guiones espectaculares -'Ratatouille', 'Shrek' y 'Up'- y que han conseguido ser habituales en el club de los candidatos a Mejor Guión de los Oscar, algo impensable hace 15 años.
¿Nos resignamos y nos tragamos lo que nos echen en el negociado de cine infantil navideño? Pues sí, qué remedio. La séptima entrega del niño mago, 'Harry Potter y las reliquias de la muerte' y 'Las Crónicas de Narnia', 'La Travesía del Viajero del Alba', parte III, son variaciones sobre el mismo tema. La única diferencia es que ahora son en 3D y la entrada no baja de los 10 euros.