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Una tabla de surf, unos papiros egipcios y una trenza de pelo, entre los objetos perdidos en el transporte público

Un controlador del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) también se dejó la PDA con la que trabaja en algún medio de transporte

Una tabla de surf, una cuna de bebé, una carrito de golf con sus correspondientes palos, unos papiros egipcios o una máquina destructora de papel son sólo algunos de los objetos que han terminado sus días en los almacenes de objetos perdidos del transporte público de Madrid después de que sus dueños los dejaran olvidados en algún taxi, autobús de la EMT, vagón de suburbano o convoy de Cercanías.

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A lo largo del año, el Consistorio madrileño publica una vez al mes el listado de los nuevos objetos que han llegado a sus oficinas. Casi siempre son cosas que cualquiera podríamos dejar atrás sin darnos cuenta: llaves, carteras, monederos, gafas, algún bolso o mochila, documentación u otros pequeños artículos que, por descuido, podemos dejar sin querer en el asiento de al lado o se nos pueden caer del bolsillo.

Sin embargo, entre el elenco de objetos perdidos se encuentran a veces verdaderas rarezas. Así, junto a la tradicional dentadura postiza, los madrileños se han dejado este año un árbol de navidad, un par de taladradoras, una lijadora o una máquina ''destructora'' de papel.

Además, en algún transporte público de los que circulan por la capital apareció un carrito de golf con sus correspondientes palos, lo mismo que una cuna, alfombras, papiros egipcios, podómetros, lienzos y otros pequeños electrodomésticos como un reproductor de VHS o un tostador de pan.

Cascos de motoristas, neveras portátiles, medidores de glucosa o de tensión, videoconsolas PSP, ollas a presión, cañas de pescar, cortador de pelo, almohadas cervicales, prismáticos, patines o patinetes, raquetas, mantas de viaje, accesorios de viaje o incluso una trenza de pelo o una llanta de rueda de moto se incluyen también en el listado.

Algunos de los dueños de estos objetos no habrán pasado a recogerlos, pero otros seguramente se dieron prisa en ir a por ellos. Como el agente controlador del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) que se dejó olvidada su PDA de trabajo en algún sitio y que, a buen seguro, pasó a la primera oportunidad que tuvo por las oficinas a buscarla.

Sombrillas, andadores, barras de cortinas, un micrófono, un megáfono, móviles y cargadores, carpetas, ropa, bisuterías, relojes, bolígrafos, cámaras de fotos, portátiles, sillitas de niño, trípodes, sacos de dormir, auriculares, cojines, agendas, bastones, radios, DVD, CD o discos de vinilo, instrumentos musicales, carros de la compra, cometas, fotografías, juguetes, audífonos, módem, GPS, jarras, bicicletas e incluso muletas son otros de los artículos que han acabado en las estanterías del centro de objetos perdidos.

Cómo recuperarlas

El almacén de objetos perdidos de la capital se encuentra en Legazpi. Allí se recepcionan, depositan y devuelven los objetos hallados en el aeropuerto de Barajas, Renfe, Correos, taxis, Metro, autobuses y vía pública. Si el objeto extraviado es documentación emitida por instituciones extranjeras, se remite a la Unidad Especial de Policía Nacional.

Para poder retirar algún objeto es necesaria la presentación del DNI o pasaporte, y la descripción del objeto, lugar (línea de metro o autobús, matrícula o número del vehículo si se tiene...) y fecha aproximada de la pérdida. Transcurrido el plazo de dos años desde el depósito y si el objeto no ha sido reclamado por su dueño, se notifica al hallador, que puede retirarlo en el plazo de un mes.

 
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