Un espeso Madrid regala un punto al Almería

Madrid

El Madrid se dejó dos puntos (1-1) ante Almería después de protagonizar uno de los peores partidos de la temporada en casa del colista. Ulloa hizo el gol de los almerienses y Granero, que entró en la segunda mitad por Marcelo, firmó el gol blanco.

"Si no tienes un perro tienes que salir a cazar con un gato", dijo Mourinho a mediados de diciembre. Era su forma de pedir el fichaje de un delantero. Este domingo utilizó otra. El portugués, decepcionado con Benzema por las múltiples ocasiones desaprovechadas, llegó a Almería y decidió que era el momento de cambiar los perros por los gatos.

Benzema, el perro, se quedó en el banquillo y entró Kaká, que disputó su primer partido como titular. Cristiano Ronaldo comenzó pegado a la banda izquierda, Di María a la derecha y Özil como falso delantero. El Madrid salía sin una referencia fija en el ataque. Una declaración de intenciones más del obcecado Mourinho, que no tiene pensado cesar en el órdago que le ha lanzado al club. Quiere a otro delantero centro y no parará hasta conseguirlo.

Comenzó el Almería bravo, tocando y jugando en el campo del Real Madrid y muy ordenado en defensa. Mientras el Madrid, lento y espeso, pululaba por el terreno de juego. Era un equipo plano. Los hombres se acumularon en el centro y no había desmarques que pudieran intimidar a Diego Alves. No había perro y la caza se hacía complicada con los gatos. Así todo, la primera mitad concluyó sin ocasiones claras de gol.

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El Madrid comenzó la segunda parte con una velocidad diferente. Los blancos presionaban arriba y recuperaban pronto y el Almería tuvo que encerrarse en su campo. No lo veía Mourinho muy claro y cuando no se habían jugado ni los primeros diez minutos de juego el portugués decidió cambiar y poner al perro. Entró Benzema por Kaká. De nuevo cambio de sistema. Özil volvió a su sitio y el Madrid tenía un '9', Benzema.

Y entonces llegó la sorpresa. El gol del Almería. Un pase de Crusat a Piatti, que chocó con Ramos y dejó el balón muerto para Ulloa. En una de las escasas llegadas de los almerienses a la puerta de Casillas, la defensa del Madrid hizo aguas y el delantero argentinoi aprovechó el fallo para hacer realidad el milagro. El colista se puso adelantó en el marcador. Le entraron al Madrid las urgencias y Mourinho volvió a cambiar los cromos. Carvalho por Marcelo, que se marchó del campo con un enfado de impresión, y Granero por Albiol.

A los blancos le entraron las prisas porque en esta Liga bicéfala un tropiezo es definitivo, pero en lugar de ordenarse surgió el caos. Si hay un equipo que saca provecho de esas situaciones asfixiantes ese el Madrid. Así que cuando más roto estaba, empató Granero. El canterano aprovechó una asistencia de Benzema para fusilar a Diego Alves con un disparo potente.

Los de Mourinho tiraron entonces más de la lucha y el pundonor propia de su idiosincrasia que de juego para conseguir ese otro gol que le hiciesen llevarse el botín. Ya en el tiempo de descuento una falta lanzada por Cristiano Ronaldo dio en la mano de un jugador del Almería. De nuevo una falta, ésta en la frontal del área. De nuevo Cristiano. El larguero se sacudió con el tiro del '7' madridista, la última ocasión de los blancos, que antes pidieron hasta tres penaltis que Pérez Lasa no señaló. No hubo gol. No hubo botín. Saltó la sorpresa y el Madrid se dejó dos puntos en Estadio de los Juegos del Mediterráneo.