Estocolmo, «Capital Verde Europea» en 2010, destacó por su gran cantidad de carriles bici, zonas verdes y el esfuerzo por reducir la dependencia de los combustibles fósiles. «Hemos notado, por ejemplo la distribución de los presupuestos, que cada vez más los políticos prestan atención a los temas medioambientales y a sus efectos en la salud» comenta la investigadora sueca Anette Jansson. Estocolmo es en muchos aspectos una ciudad verde. La ciudad de los mil parques obtuvo en 2006 el primer puesto en el ranking de las urbes menos contaminadas de Europa. Una ciudad ambiciosa que ha conseguido reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 25 por ciento por habitante desde 1990. Y siguen. El ayuntamiento de Estocolmo ha fijado el objetivo de no ser dependiente de combustibles fósiles en el año 2050. En la ciudad más grande de Suecia, con más de ochocientos mil habitantes, el 30% de sus ciudadanos van al trabajo o al colegio en bicicleta o a pie. No parece mal sistema, si una persona que vive a cinco kilómetros de su puesto de trabajo utiliza como medio de transporte una bici en lugar de un coche, reduciría su emisión de dióxido de carbono en 0,7 toneladas al año. Los turistas también pueden sumarse a las dos ruedas, desde el 1 de abril hasta el 31 de octubre está disponible un sistema de alquiler de bicicletas, con pases de tres días. Estocolmo cuenta con una extensa red de transporte con conexiones internacionales en ferry, trenes de alta velocidad a otras grandes ciudades de Suecia y un amplio sistema de transporte público: más de 670 millones de viajes individuales se hacen cada año en una red con más de 1 900 autobuses y 1 000 trenes y metro. Cerca del 75% del transporte público sueco utiliza energías renovables. En la actualidad, cerca de 400 autobuses usan etanol para funcionar y 100 biogas. Información pública y actualizada Los suecos pueden visualizar la calidad de aire, el tipo de contaminantes presentes y su concentración. El Gobierno de Suecia ha pedido a la administración regional de Estocolmo revisar los planes de acción sobre la emisión dióxido de nitrógeno antes del 30 de junio de 2012. Pese a que Madrid cuadruplica el número de habitantes respecto a Estocolmo, la voluntad política y las estrategias llevadas a cabo en Suecia están teniendo un efecto envidiable su calidad. «Entre las posibles medidas son ampliar la zona del medio ambiente en Estocolmo para incluir los vehículos industriales ligeros, y para poner en práctica la prohibición de los neumáticos con clavos en la zona del medio ambiente. Sin embargo, esto requeriría la modificación legislativa», explica la investigadora medioambiental en el Ayuntamiento de Estocolmo Anette Jansson. Algunas de las estrategias desarrolladas en Estocolmo son: regular la circulación de vehículos pesados, campañas sobre el impacto medioambiental de los neumáticos con clavos, fomento del uso de parking y el aumento de la proporción de coches ecológicos. Desde 2006 aplican el «Congestion Tax», un impuesto que graba el acceso a la ciudad entre las 6:00 y las 18:30, y pesa a las críticas previas a su aprobación la mayoría de los suecos reconocen que se ha reducido el ruido, los atascos y la seguridad en el tráfico ha aumentado. «Hemos notado, por ejemplo la distribución de los presupuestos, que cada vez más los políticos prestan atención a los temas medioambientales y a sus efectos en la salud» comenta la investigadora Anette Jansson. Mientras ciudadanos de Madrid y Barcelona esperan con ansia la lluvia, este viernes Ecologistas en Acción han presentado una denuncia en los juzgados de Plaza de Castilla contra el Alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y contra la concejala del área de Medio Ambiente, Ana Botella, al considerar que consideran que no han tomado «las medidas adecuadas» para garantizar que los madrileños respiren un aire que «cumpla los límites legales de contaminación».