Mourinho y Benzema rompen la maldición del Real Madrid en la Champions

El portugués justifica su fichaje por el Madrid rompiendo la racha de seis eliminaciones consecutivas del club blanco en los octavos de final de la Liga de Campeones. El Olympique complicó mucho la vida al equipo de Mourinho, sobre todo en la primera parte, aunque su mejor hombre fue el guardameta Lloris. Benzema se gana definitivamente el respeto del Bernabéu con el gol que sentencia la eliminatoria.

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El Real Madrid ya está en los cuartos de final de la Liga de Campeones. Esto que sería tan normal en el único club que ha ganado la máxima competición continental en nueve ocasiones es sin embargo una gran noticia para el club de Concha Espina, que no se veía en estas desde que en 2004 eliminó en los octavos de final al Bayern de Múnich con un gol de Zinedine Zidane.

No le resultó fácil la tarea al Real Madrid a pesar de lo dicho por el marcador. El 3-0 fue un gran resultado teniendo en cuenta los casi treinta minutos de sufrimiento que experimentó el equipo de Mourinho hasta que Marcelo consiguió el primer tanto del partido. Es cierto que los blancos buscaron con insistencia el gol desde el comienzo, pero también lo es que el Lyon encontró en su guardameta Lloris a su mejor hombre.

El portero de Niza salió a los pies de Özil para arrebatarle el balón en un mano a mano. Después atajó con la derecha un balón de Marcelo que iba directo a la cepa del palo derecho de su portería. Posteriormente atajó una pelota servida por Benzema a Cristiano Ronaldo...

Un Olympique sin complejos

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El partido pintaba como tantos de los que juega el Real Madrid a lo largo del año. Mucho peligro en la portería contraria y poco en la propia. Pero el Olympique se propuso variar el guión y poco a poco fue haciéndose con el control del balón. Sin volverse loco lograba estar mucho tiempo en el campo del equipo blanco e incluso el Chelo Delgado -tras cabalgada de Cissokho- pudo marcar el primer tanto del partido. Su disparo flojo lo detuvo Casillas. Parecía fácil, pero no lo era.

Mourinho se dio cuenta de que para pasar de ronda tenía que sufrir y pidió a sus hombres que si perdían la pelota no debía pasarles lo mismo con la posición. Por eso defendía con todos los saques de esquina lanzados por la escuadra francesa. Y a partir de ese orden empezó a crecer aunque no tuvo al mejor Cristiano Ronaldo.

Sin embargo, el portugués fue determinante en el tanto que abrió el partido. Genial en la devolución de la pared que le tiró Marcelo en la diagonal que trazó para plantarse en el punto de penalti. Remató el portugués a gol, aunque dejando antes sentado a un defensa del Lyon. Quiebro de libro.

La ambición está en el ADN del Madrid

No se acabó ahí el partido, pero casi. El 1-0 era ventaja suficiente, pero el Real Madrid no se conformó con tan poco. Por eso siguió forzando a Lloris. Sobre todo Benzema, que se esforzó como lo viene haciendo últimamente en cada partido. De su trabajo llegaron muchas ocasiones de peligro para el equipo de Mourinho, y el segundo gol del encuentro, y la ovación del público cuando se retiró con la eliminatoria decidida. Cuando se lesionó Higuaín, el francés se quedó sin competencia y no lució. Cuando llegó alguien a disputarle el puesto -Adebayor-, todo cambió. Cosas que tienen algunos jugadores sobrados de talento.

Porque si algo hizo el francés en el gol que cerró la eliminatoria fue pelear. En un ejercicio de fe siguió corriendo hacia un balón impulsado por Marcelo que se tragaron los centrales del Olympique de Lyon. Por eso se plantó solo delante de Lloris y éste dejó de ser el héroe del partido para convertirse en la víctima del hambre europeo del Real Madrid. Y por eso no se desesperó el francés cuando su defensa volvió a fallar para que Di María hiciera el tercero del Real Madrid para delirio de la afición del Berbabéu.

El tanto hacía justicia al esfuerzo realizado por todo el equipo, que pasó de ronda jugando al fútbol. Porque aunque a Mourinho se le acuse de resultadista, desde que se ha abierto la fase decisiva de la temporada está demostrando que quiere ganar -como todos- pero no a cualquier precio. Trata de jugar y demostrar siempre que su equipo es mejor que el rival. E intenta ser también mejor que el Barcelona. Y aunque no ha podido demostrarlo en la Liga, tiene ocasión de intentarlo en la Copa del Rey y -puede ser- en la Liga de Campeones. Si es en la final, mejor tanto para el Real Madrid como para el F.C. Barcelona.