¿Cómo se llama el marido de la presidenta?

Pocas personas conocen, por ejemplo, el nombre del marido de Angela Merkel. De hecho es probable que no conozcan ni su cara. No es el único. Lo habitual es que las mujeres que ostentan cargos relevantes, oculten a sus parejas o que las releguen a un "discreto segundo plano".

Existe una popular frase hecha, aplicada a menudo a la política: "Detrás de un gran hombre hay siempre una gran mujer". Esta frase pretende hacer justicia con las mujeres, pero no hay que perder de vista que su palabra clave es "detrás". Ese era el lugar reservado a la mujer en la política: El de confidente y apoyo del líder. Y no hay que olvidar, tal y como afirma Joana Bonet, que "ha habido primeras damas que han dejado huella, más allá de ese rancio atributo de Primera Dama. Desde Eva Perón hasta Danielle Mitterrand".

De hecho, son varios los casos de mujeres que han dado el salto a la política siguiendo los pasos de sus maridos. Ana Botella es un claro ejemplo de ello, al formar parte, desde hace ocho años, del equipo de gobierno de Alberto Ruiz Gallardón en el Ayuntamiento de Madrid, en el que actualmente ocupa la concejalía de Medio Ambiente. Otro ejemplo lo encontramos en Haití, donde la ex primera dama Mirlande Manigat, es candidata a las elecciones presidenciales del país. A nadie dejó indiferente el anuncio del divorcio del presidente de Guatemala, Álvaro Colom, y su mujer, Sandra Torres. Todo apunta a que, tras este hecho, está la estrategia del matrimonio para hacer viable la candidatura de ella a las elecciones presidenciales, ya que la Constitución del país prohíbe que los familiares de un mandatario sean candidatos. En caso de que finalmente Sandra Torres pueda suceder a su marido, se produciría la misma situación que se vivió en Argentina en 2007, cuando Cristina Fernández de Kirchner ocupó la presidencia del país, que hasta entonces ostentaba su marido, Néstor Kirchner.

Sin embargo, cuando son ellas las que ocupan un cargo de responsabilidad, lo habitual es que ellos midan mucho más sus apariciones públicas, hasta el punto de que la mayoría ni siquiera reconoce sus caras. El marido de Angela Merkel, Joachim Sauer, no es el único. También Fernando Ramírez de Haro y Valdés, evita posar junto a su mujer, Esperanza Aguirre, si no es imprescindible. El marido de Margaret Thatcher, tampoco se prodigaba demasiado, de hecho cuando falleció, los obituarios hacían referencia a un "hombre en la sombra" e incluso satirizaban su papel de marido sumiso.

Históricamente, encontramos también la idea de que las mujeres han sido "el verdadero poder detrás del trono", debido a la influencia que muchas reinas consortes ejercieron sobre sus esposos como Nefertiti, Catalina de Medicis o María Cristina de Borbón, en España.

¿Quién no conoce a Carla Bruni, Michelle Obama o Doña Letizia? Muchos líderes políticos "lucen" a sus esposas, bellas y estilosas, que copan portadas - la precursora fue Jackie Kennedy - y se convierten en auténticos fenómenos mediáticos. Sin embargo, en el caso de los hombres, "no conocemos ni sus nombres: el marido de la Presidenta de Costa Rica, de Laura Chinchilla o de Dilma Rousseff", tal y como apunta Bonet.