Mira Awad: ''Una canción no puede traer la paz a Oriente Próximo, pero puede abrir ventanas a una realidad alternativa''
La cantante palestina presenta en España su nuevo disco <i>All the faces</i>
Hace diez años Mira Awad comenzó a trabajar con la israelí Noa para enseñar al mundo que otra realidad es posible en el conflicto árabe-israelí. Desde entonces trabaja para mejorar la realidad palestina y los derechos de la mujer. Hemos hablado con esta enérgica mujer sobre su historia, sobre la vida de una palestina en territorio israelí y de la capacidad del arte para transformar la realidad.
Para este disco has trabajado con Carlos Jean como productor, ¿cómo ha sido la experiencia?
Más información
Me lo presentó Sony porque el presidente de Sony España tuvo la idea de mezclar mi trabajo con el suyo, él sabía lo que podía aportar cada uno y pensó que sería una buena idea, así nos conocimos, como en una cita a ciegas.
Habéis trabajado en la distancia, ¿ha sido muy complicado?
No fue fácil, no es sencillo hacer un disco con otra persona cuando vives en países diferentes. Yo venía de vez en cuando, pero tienes que esperar que todo el mundo tenga la agenda libre, nos mandábamos correos con las pistas que íbamos grabando. Fue complicado, pero en este mundo moderno tan conectado todo es posible, es un disco moderno, 2.0, donde las canciones han viajado por el espacio.
Bukra, la canción que has tocado para nosotros, es un tema que lleva mucho tiempo en tu vida, ¿qué te ha llevado a grabarlo en este momento?
A veces en la música esperas a que las cosas maduren y a que les llegue su momento. Bukra es una canción con la que he cerrado mis conciertos durante muchos años, pero no encajaba con el sentido de las canciones de mi primer disco. No sabía si a la compañía española le gustaría esta canción en árabe, pero les encantó y es primer single del disco.
Parece una canción positiva, ¿de qué trata la letra?
La canción comienza muy negativa, empieza diciendo "esta es una vieja historia sobre gente que no tiene casa y no tiene tierra, de niños que no juegan y tiran piedras, no podemos olvidar lo que pasó, pero mañana siempre es un nuevo día y si caminamos juntos nos puede llevar muy lejos". Dice que no puedo, y no quiero, ignorar la realidad de Israel, no soy ingenua, sé lo que está sucediendo, pero soy una gran creyente en la importancia de intentar mejorar la realidad. Creo que pequeñas acciones cambian la realidad, no hablo de política. De eso va la canción, de que cualquier momento es bueno para intentar cambiar la realidad de Oriente Medio, hay grandes diferencias entre palestinos e israelíes y no creo que sea tarde para salvar esas distancias.
En los años sesenta había esa conciencia colectiva de que la música y la juventud podrían cambiar la realidad, parece que ese sentimiento se ha perdido en el tiempo...
La industria y el dinero han cambiado las cosas, yo pienso mucho en eso. Una canción no puede cambiar el mundo, no puede traer la paz a Oriente Próximo, lo que puede hacer es abrir una pequeña ventana a una realidad alternativa, la gente la puede seguir u obviar, la música no es violenta, no te obliga a escuchar. Es una forma de arrojar ideas al aire y sugerir cosas, yo no impongo mis ideas, las propongo. La música se dirige a tus emociones, si te gusta la canción a lo mejor escuchas la letra y te hace pensar. No puede cambiar el mundo, somos nosotros los que podemos.
¿Cómo presentarías tu música a alguien que nunca te ha escuchado?
Me veo como una compositora y cantante, mi primer disco se catalogó como World Music por ser en árabe, el segundo disco es más pop y es en inglés, aunque las melodías son árabes también. Es una música muy personal donde las letras son muy importantes, puedo trabajar semanas en un verso, como en un poema. Una canción es como un monólogo, dice mucho, las letras son muy importantes y personales, reales.
Tu padre es palestino, tu madre búlgara y tú has crecido en un ambiente multicultural, comenzaste a escribir música siendo muy pequeña, ¿cómo fue tu infancia?, ¿había afición musical en tu casa?
Mis padres cantaban, mi padre canta en misa y mi madre cantaba en un coro en Sofía. Yo crecí en un pequeño pueblo que ahora es territorio israelí, pero no lo era en 1936. Crecí con dos idiomas, visité mucho Bulgaria a ver a la familia. Mi padre es médico y mi madre estudió idiomas, los dos han tenido siempre una gran conciencia política y desde niña he estado en contacto con los problemas de mi pueblo, con la lucha por los derechos de la mujer y en manifestaciones, estos son conceptos muy arraigados en mí. Crecer en el campo fue especial, antes no había coches, mucho campo, animales por las calles... ya no tiene ese aspecto y los niños no se crían así.
¿No fue raro para tu madre mudarse de Sofía a un pueblo árabe?
Llevo años haciéndola esa pregunta. Fue un choque cultural fuerte, mi madre se mudó de Sofía a un pequeño pueblo árabe en Israel en los setenta donde todo estaba muy abandonado y fueron los ciudadanos los que tiraron del carro para arreglar las cosas. No había calles, electricidad, debió ser difícil, pero mi madre es fuerte, aprendió rápido el idioma y se convirtió en una parte importante de la comunidad, está muy involucrada y acompañó a mi padre en su misión de convertirse en un médico para la comunidad árabe. Había, y hay, mucha discriminación, los árabes iban a los hospitales y los médicos no querían atenderlos por ser árabes. Mi padre trabaja en un hospital israelí y hay pacientes que no quieren que les atienda por ser árabe. Las cosas ahora están mejor en ese sentido, pero sigue quedando un gran camino por recorrer, los palestinos árabes que viven en Israel siguen siendo ciudadanos de segunda, están abandonados como minoría. El árabe es lengua oficial en Israel y en los colegios, los pueblos, están abandonados, no llega el dinero. Pero creo que como ciudadanos, poco a poco y con pequeños detalles, podemos ir cambiando las cosas y esto está sucediendo.
Tu madre parece una mujer decidida, ¿cómo ha afrontado la lucha por los derechos de las mujeres?, ¿hay discriminación en Israel en ese sentido?
Hay discriminación en todos los lados, también en Europa. En sitios pequeños y tradicionales hay más limitaciones para las mujeres aunque no haya discriminación. En mi pueblo son muy modernos, las mujeres estudian, trabajan... no es un sitio religioso, pero se sigue esperando cosas diferentes para una mujer que para un hombre. Un hombre puede completarse profesionalmente, una mujer acabará volviendo a casa y convirtiéndose en esposa y madre. Las carreras de las mujeres están permitidas mientras no afecten a la vida familiar. Las ambiciones femeninas están limitadas por la familia y su honor, no puedes salir con hombres si eres soltera. Es como la época y las historias de Lorca. No es que peguen a las mujeres en la calle, pero está escrito en letra pequeña que debe estar al servicio de los intereses de la vida familiar.
Además de la música has hecho teatro, radio, televisión, cine... ¿Cómo llegas a todo esto?
Lo primero fue el teatro, y por casualidad. Un amigo buscaba a alguien para un musical en árabe y tampoco había mucha gente, yo no quería pero me engatusaron y me enganché, también hice el papel protagonista en My fair lady en hebreo. Todo esto fue una sorpresa y sin quererlo tenía una carrera, yo era una total desconocida por entonces. Luego pasé por Mira quién baila, me encantó, quede cuarta.
Ahora vuelves a colaborar con Noa...
Sí, nos vamos un mes de gira a China, nunca he estado allí y tengo muchas ganas. Seguimos siendo colaboradoras y amigas después de muchos años, en 2009 actuamos juntos en Eurovisión representando a Israel y dimos el mensaje que queríamos dar.
Supongo que no a todo el mundo le gustó que participases representando a Israel, ¿te criticaron por ello?
Depende de dónde. La gente lo tomó como una buena idea, pero en épocas de tensión nuestra colaboración se vio como algo cínico, especialmente por aquellos que no conocen nuestra historia en común, algunos lo vieron como algo comercial. Otros decían que si no hay paz y coexistencia por qué cantábamos sobre ello. No cantamos sobre la paz, cantamos sobre la realidad alternativa que nos gustaría ver para enseñar a la gente que puede suceder. No decimos que todo esté bien porque no lo está, está lejos de estarlo. En general nos han apoyado, pero también han existido otros puntos de vista que critican nuestra amistad y colaboración, con los años nos hemos hecho fuertes y podemos con todo.
¿Cómo es la escena musical en Palestina?, creo que la actualidad política eclipsa todo lo demás
Cuando hay grandes asuntos que tratar rara vez escuchas de los pequeños asuntos como el arte. Te sorprenderá pero yo también estoy desconectada de lo que pasa en Palestina, hablando del territorio, no de los palestinos que viven en Israel, hay diferencias. Para el millón y medio que vive en territorio israelí hay diversidad en la escena musical, hay música nacionalista sobre la identidad, la ocupación, la tierra, la lucha por la existencia, pero hay todo lo demás, bandas rock que cantan en árabe, hay grandes raperos árabes como D.A.P, hay de todo. En los territorios palestinos sucederá lo mismo, pero yo como residente en Israel no puedo ir a Palestina, hay que pedir muchos permisos. La realidad es que cuando vives en un sitio estás desconectado de lo que sucede en el otro lado y eso es parte del problema. Internet está cambiando las cosas. Pero hay un muro que no solo es físico, también es espiritual y como la gente no conoce a los otros se tienen miedo, y eso es lo que Noa y yo intentamos arreglar. Demostrar que al otro lado hay gente normal que no intenta matarte y que no es el enemigo, así es la mayoría de la gente, pero eso no es lo que muestran los medios de comunicación, queremos abrir una pequeña ventana en ese muro. Cuando muera miraré atrás y si he conseguido abrir una pequeña ventana en ese muro me daré por satisfecha.