El Gobierno de Japón ha aprobado este viernes un primer presupuesto adicional de cuatro billones de yenes (unos 33.552 millones de euros) para financiar la reconstrucción del país tras el terremoto y el tsunami que el pasado 11 de marzo azotaron su costa noreste. «Este es el primer paso del nuevo comienzo de Japón. Con este presupuesto damos un paso adelante en la reconstrucción después del Gran Terremoto del Este y en la reactivación de la economía», ha dicho el ministro de finanzas, Yoshihiko Noda, en una rueda de prensa ofrecida a su salida de una reunión con el resto del gabinete. En cuanto a la financiación de estas cuentas, el ministro ha asegurado que no será necesario realizar una nueva emisión de Bonos del Gobierno de Japón (JGB), ya que para ello se han desviado algunos de los fondos previstos en los presupuestos generales de este año fiscal, que comenzó a principios de abril. «Es notable el hecho de que hayamos conseguido crear un presupuesto adicional de cuatro billones de yenes sin emitir nuevos JGB. Ha sido un poco difícil juntar esta cantidad, pero hemos trabajado mucho para ello», ha destacado Noda. Esta cifra es la suma de los recortes efectuados en las partidas de ayuda a la infancia, pensiones, los salarios de los legisladores, asignaciones para ciertas obras públicas, reservas para el desarrollo nuclear y para medidas económicas, ayuda al desarrollo, así como de la eliminación de los peajes en algunas autopistas y de los descuentos en los peajes. El origen de estos recursos es uno de los principales obstáculos para la aprobación del presupuesto, ya que la oposición se niega a reducir la dotación para algunos de los programas sociales más importantes del país, especialmente en ayudas a la infancia, pensiones y supresión de peajes. No obstante, se espera que reciban el visto bueno del Parlamento en el mes de mayo. El gobernador de Fukushima dice a TEPCO que no permitirá reabrir la central El gobernador de Fukushima, Yuhei Sato, se ha reunido con el presidente de TEPCO, Masataka Shimizu, y le ha comunicado que no permitirá que la maltrecha central de Fukushima Daiichi vuelva a funcionar, informó la agencia local Kyodo. Fue la primera reunión entre ambos desde que comenzó la crisis nuclear, después de que en las últimas semanas Sato rechazara dos veces encontrarse con el presidente de Tokyo Power Electric Company (TEPCO), que opera la central afectada por el tsunami del pasado 11 de marzo. A finales de marzo la compañía ha informado que desmantelaría cuatro de los seis reactores de la planta, sin especificar cuáles eran sus planes para los otros dos restantes. En la reunión de hoy, Sato exigió también que la eléctrica compense económicamente no solo a granjeros y pescadores afectados por la radiactividad emitida por la planta, sino también a las fábricas y empresas del sector turístico. Además, pidió a Shimizu que mejore las condiciones de trabajo de los técnicos que intentan estabilizar los reactores dañados. El responsable de TEPCO pidió perdón por la situación de emergencia y los problemas creados a los habitantes de Fukushima y prometió que la empresa estabilizará los reactores lo antes posible para que los evacuados puedan regresar a sus casas. En la planta los trabajadores inyectan agua de manera continua en las vasijas de los reactores 1, 2 y 3 para intentar enfriarlas, utilizando bombas alimentadas por generadores eléctricos situados fuera de la central. También se está inyectando nitrógeno en la vasija de contención del reactor 1 para reducir la posibilidad de una explosión por combustión de hidrógeno en su interior. El pasado domingo TEPCO presentó su «hoja de ruta» para estabilizar a central, que prevé devolver una refrigeración estable a los reactores en tres meses y llevarlos a «parada fría» en un plazo de entre seis y nueve meses.