El miedo de Hollywood a los ejecutivos
El estreno de <i>The Company Men</i> nos lleva a reflexionar sobre el retrato que el cine ha hecho de la crisis financiera
¿Por qué no se hace la gran película sobre la crisis? Por miedo. Hollywood siente terror ante los ejecutivos y financieros que han causado la mayor crisis en 80 años. Sin embargo, en los últimos tiempos van surgiendo más documentales y películas de ficción que acusan sin rubor a los responsables del desempleo y la ruina de millones de ciudadanos.
Este fin de semana se estrena The Company Men, una historia de ejecutivos de altos vuelos - con Tommy Lee Jones, Chris Cooper y Ben Affleck- que sufren en carne propia el zarpazo de los despedidos. Eso sí, después de haber participado en el festín de la bonanza.
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Lamentablemente, The Company Men se queda muy corta en su derechazo a la mandíbula de los carroñeros, y se conforma con un inicio fuerte y un desarrollo blando. Su director y guionista, John Wells, matiza que su película "no es sobre la recesión, sino que marca el viaje de regreso a casa, al amor y a la preocupación por la cantidad de tiempo que pasamos con nuestras familias". Qué tierno.
Algo parecido le pasó a Jason Reitman en Up in the Air (2009). La película en la que George Clooney interpretaba a un viajante especialista en despidos gélidos, y que decepcionó a muchos por su melifluo final. El director aseguraba que el protagonista "no era la crisis económica sino un hombre perdido en la deshumanización laboral que se buscaba a sí mismo".
El miedo a tocar fibras sensibles de los grandes financieros era tan evidente, que incluso en las secuencias promocionales de Up in the Air se eliminaron todas las referencias a los despidos y se centró únicamente en la parte romántica. Otro síntoma del pánico que siente Hollywood de molestar a los señores del dinero.
También le faltó garra a Oliver Stone y a su secuela Wall Street 2: El dinero nunca duerme. Las andanzas del tiburón Gordon Gekko (Michael Douglas) 23 años después de su ingreso en prisión no han sido en esta ocasión tan impactantes. De hecho, la ternura distrajo a Oliver Stone, perdiendo así la oportunidad de hacer una reflexión profunda sobre la crisis y la avaricia.
Los documentales sí se atreven
Este fin de semana llega a los cines Vamos a hacer dinero del director austriaco Edwin Wagenhofer, que fue rodada en 2008 y llega ahora a rebufo del éxito y el Oscar de Inside Job de Charles Ferguson.
Vamos a hacer dinero tiene el mérito de haberse rodado mientras la crisis estaba en los momentos previos al hundimiento de la economía, y se centra sobre todo en las desigualdades que genera la codicia de Occidente. La cámara viaja de África a Alemania, mostrando el saqueo y la miseria que genera el actual modelo económico mundial. Por cierto, España aparece retratada como una víctima de un tsunami de cemento.
Inside Job queda muy por encima de este documental, por su rigor - aunque a veces las cifras mareen- y sobre todo por su enfoque incisivo y sin complejos. El propio Ferguson metió el dedo en la llaga en su discurso de agradecimiento en la noche de los Oscar: "Todavía no hay ningún culpable de la crisis en la cárcel". No es la misión del cine encerrar a nadie en prisión, pero sí reflexionar sobre nuestro tiempo. Que se animen los guionistas, todavía no se ha escrito el equivalente a Glengarry Glen Ross (1992) de esta crisis.