El Barcelona se estrella contra los postes en su primera gran cita europea
La primera final de la Copa de Europa del Barcelona se saldó con una dura derrota por 3-2 ante el Benfica. Los postes fueron decisivos hasta en tres ocasiones
Desde su nacimiento, la Copa de Europa se había convertido en un título que parecía destinado para los equipos españoles, aunque más bien para uno: el Real Madrid. En las cinco primeras ediciones, los madrileños se habían coronado como el mejor equipo de Europa.
Quiso la sexta edición de este torneo que otro equipo español llegara a la final y se presentara en ella como favorito. Era el Barcelona de estrellas del calibre de Kubala y un Luis Suárez que acababa de ser vendido al Inter de Milán por 25 millones de pesetas.
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El rival que el destino había deparado al Barça era un Benfica caracterizado por un estilo parecido al del fútbol brasileño y en el que no pudo comparecer una de las principales estrellas del fútbol europeo: Eusebio, cuyo fichaje tardó en concretar el Benfica más de cinco meses.
La final, disputada en Berna (Suiza), comenzó con ocasiones para el Barcelona. Disparo alto de Luis Suárez, disparo de Evaristo enviado a saque de esquina, otro tiro de éste detenido por Costa Pereira... Hasta Kubala tuvo la suya, pero el guardameta del Benfica estaba destinado a convertirse en el protagonista del partido.
Eso sí, no pudo evitar que los catalanes se adelantaran en el minuto 20. Garay centró a Evaristo, éste a Suárez, que centró desde la banda para que Kocsis enviara el balón a la red de la portería portuguesa.
Ramallets no estuvo acertado
Pero la alegría del equipo español no duró demasiado, sobre todo la del meta barcelonista Ramallets, que con dos imprecisiones permitió al Benfica dar la vuelta al marcador. Por eso se llegó al descanso con 2-1 a favor de los portugueses. Sin embargo, nada más reanudarse el encuentro, el Benfica marcó el tanto que parecía sentenciar el encuentro. Lo hizo Colunna en un disparo a la media vuelta.
Pero el Barcelona no se rindió en ningún momento. A pesar del 3-1, sometió al Benfica a una presión que casi no pudo soportar. Con Kubala y Luis Suárez por las bandas, acosó a los portugueses aunque sus intervenciones acabaron siempre en el mismo sitio: el poste.
Ahí tiró Kocsis primero. Y luego Kubala. Y posteriormente Evaristo. Especialmente sangrante fue la segunda ocasión, en la que el balón fue de un palo a otro e incluso pudo atravesar la línea de meta.
Dolió mucho la derrota en Barcelona, que esperaba su primer título en la máxima competición continental y empezó a buscar culpables. El primero fue Ramallets, que falló en todos los goles. Y el segundo, Luis Suárez, al que se le llegó a acusar de no poner todo su oficio porque ya tenía su futuro vinculado al Inter de Milán. Y es que hay derrotas de las que ni los más grandes se libran.
Alfredo García
Coordinador digital de las emisoras de la SER. Anteriormente, y durante más de una década, fue responsable...