La Feria del Libro de Madrid cierra con una bajada del 4% en las ventas respecto al año anterior

Desde que empezó esta setenta edición de la Feria del Libro de Madrid se han sucedido los días de lluvias, aunque la fiesta del libro ha podido rematar con un fin de semana soleado. Y ya sea por el clima, la crisis o la amenaza del digital, los datos dicen que ha habido una bajada en las ventas respecto al año anterior.

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A pesar de que las cifras les contradigan, la sintonía general entre los libreros es que ha ido bien, tanto en la asistencia como en las ventas. Quizá porque muchos esperaban una edición peor. Como afirma el secretario de la Comisión Organizadora de la Feria del Libro de Madrid, Fernando Valverde, que "aunque la bajada de un 4 por ciento en las ventas es un dato negativo, no lo es tanto si se compara con la bajada de ventas que viene sufriendo el sector". Además apunta que "Los expositores, en general, han vendido más de lo que esperaban vender". Aunque quizás hay alguna queja entre los vendedores de libros de gran formato, las casetas con libros de bolsillo se han mostrado contentos.

Sin sondeos de los libros más vendidos, sólo consultando a los libreros, "El sueño del celta", de Mario Vargas Llosa, y "El cuaderno de Maya", de Isabel Allende, parecen los triunfadores de esta feria, tanto en ventas como en colas para conseguir sus firmas. Se suman a estos dos, "Los enamoramientos", de Javier Marías, y el "Si tú me dices ven lo dejo todo, pero dime ven", de Albert Espinosa, que también se han pasado a firmar ejemplares estos días.

Muchos otros autores han pasado horas en las casetas; Juan José Millás, Pilar Eyre, Guillermo Fesser, ... O Luis García Montero, que afirmaba que estaba siendo una buena feria. "Para un escritor siempre es una experiencia muy buena encontrarse con los lectores y ellos no han perdido la generosidad. Cuando te comentan cómo algún poema o algún libro tuyo forma parte de su educación sentimental pues tienen la misma generosidad de siempre". Con algún tinte más pesimista estaba Manuel Vicent, que aunque firmando al mismo nivel que otros años, afirmaba que "está todo contra el libro, todo contra la cultura. Hay un cambio de generación, de épocas, de soportes,... Pero sobreviviremos".

Sumado a las firmas de libros, que atraen a muchos compradores, los vendedores resaltan, como otra gran ayuda para las ventas, la ubicación de sus casetas. Y es que si ésta está céntrica, o situada donde les da la sombra, o tienen a escritores firmando cerca, los libreros tienen claro que venden más.