Cruzada antilaicista
El Papa pide a los jóvenes que no sucumban a las tentaciones de una "libertad sin Dios" y reclama espacio para una fe "acosada y perseguida"
El Papa Benedicto XVI ha llegado a Cibeles alrededor de las 20:00 horas y aclamado por la multitud. Gritos como "esta es la juventud del Papa" o "Se nota se siente, el Papa está presente", bajo el himno de la JMJ, han sido la tónica habitual. Antes, el Papa había visitado la Plaza de la Independencia, donde el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón le entregó la Llave de Oro de la ciudad. / AGENCIA ATLAS
Benedicto XVI ha viajado a España con los ecos de las protestas laicas y los incidentes del pasado miércoles entre peregrinos y manifestantes en la Puerta del Sol. Y, aunque sin referirse explícitamente a ello, ese mar de fondo ha quedado reflejado en algunos de sus primeros mensajes ya en Madrid.
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Por la mañana, en Barajas, Benedicto XVI no dudaba en denunciar la discriminación y la persecución "abierta o larvada" que padecen en muchos países quienes profesan la fe católica. El Papa remarcaba que se les acosa "privándolos de los signos de su presencia en la vida pública" y pedía a los jóvenes que permanezcan firmes en la fe, sin ocultar su identidad cristiana, y en un clima de respetuosa convivencia con otras legítimas opciones pero "exigiendo al mismo tiempo el debido respeto a las propias".
Ya por la tarde, liberado de la cortesía protocolaria impuesta en el acto institucional de bienvenida presidido por los reyes y en el que estuvo presente el presidente Zapatero, Benedicto XVI endureció su discurso en su primer gran encuentro multitudinario con los jóvenes que le esperaban en Cibeles. Allí, a pocos centenares de metros de la Puerta del Sol, el Papa arremetió severamente contra "quienes creyéndose dioses, desearían decidir por si solos" y sin intervención divina, "lo que es verdad o lo que no, lo que es bueno o malo, o quien es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias", en la que ha sido su primera referencia a asuntos de reiterada controversia con el gobierno, como el aborto o la eutanasia, aunque sin citar explícitamente ni al ejecutivo ni a las leyes o proyectos legislativos que abordan estas cuestiones.
Benedicto XVI prevenía a los jóvenes contra las tentaciones de vivir una libertad sin Dios y les pedía que no sucumbieran ante "las corrientes de moda, el interés inmediato o los pareceres propios en vez de buscar la verdad sin adjetivos". Una verdad que, según el Papa, es única y se encuentra en Dios.
Mensajes de Benedicto XVI para su primera jornada en una España de "hondas raíces cristianas" en la que el Vaticano no renuncia a marcar territorio como punto de partida prioritario para la reenvangelización cristiana de una Europa cada vez más secularizada.