Argentina devora a Rumanía

En el pequeño estadio Rugby Park de Invercargill los Pumas se hicieron más grandes y, con una hinchada volcada, el equipo pasó como un rodillo sobre la selección rumana que, pese a sumar más kilos en el pack, no pudo hacer nada para frenar a los pupilos de Santiago Phelan

Por alguna extraña razón, cada vez que los Pumas conseguían posar el balón en la zona de marca rumana, en la megafonía del estadio de Invercargill se escuchaba los acordes de "Ave María", la ya anticuada canción del cantante almeriense David Bisbal. Una melodía con la que la "changa quilombera" argentina celebró los seis tries que consiguió su combinado nacional. Una selección que, si bien ya demostró su garra ante Inglaterra pese a que no pudo hacerse con la victoria, hoy a sacado todo lo mejor de sí para dejar claro que no piensa irse de Nueva Zelanda hasta el mes de octubre.

Con un imperioso Leguizamón y una gran compenetración entre el trabajo de su delantera y el de sus tres cuartos, los de Phelan pusieron en práctica a la perfección todo el trabajo táctico realizado por el equipo técnico. Un trabajo que hizo olvidar las importantes bajas sufridas frente a Inglaterra. Con una fantástica actuación del zaguero Lucas Gonzalez Amorosino, la albiceleste imprimió velocidad a sus ataques para abrir aún más los huecos defensivos de la línea rumana.

Unos resquicios que no reflejan el buen trabajo de Rumania que nunca bajó los brazos y que, con desparpajo, buscó con ahínco su ensayo. Un premio que consiguió en el minuto 31 por mediación del ala Ionel Cazan, pero que tan solo sirvió para aumentar el hambre de los argentinos, que mostraron multitud de alternativas en el banquillo (con el debut del joven Juan José Imhoff, llamado a ser un hombre importante en los Pumas) y en su juego.