José María Aznar ha rechazado cualquier tipo de negociación con ETA y ha defendido seguir aplicando la Ley de Partidos Políticos que ilegalizó a Batasuna y la de cumplimiento íntegro de las penas a los terroristas. «ETA está derrotada, y si está derrotada, ¿qué hay que negociar con aquellos a los que se les ha derrotado? No hay que negociar nada», ha asegurado Aznar en un mitin de campaña celebrado en el centro multiusos de Las Rozas (Madrid) con la asistencia de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. El exjefe del Ejecutivo ha hecho referencia a la entrevista publicada este viernes en el diario Gara con dos miembros de la banda terrorista, en la que insisten en que el Gobierno español debe dialogar para que ETA entregue las armas. Aznar se ha mostrado partidario de continuar aplicando la Ley de Partidos que se aprobó durante su etapa en el poder. En este punto, ha opinado que al seguir vigente esta norma, Batasuna «debería seguir ilegalizada», aunque sin concretar si sus coaliciones herederas -Bildu o Amaiur- deberían ser impugnadas. A su juicio, España debe defenderse y no aceptar en su seno «a gente que quiere destruir las instituciones, la democracia o la misma nación». Aznar también ha apoyado con firmeza el cumplimiento íntegro de las penas para los terroristas, ante la petición de la izquierda abertzale para que se aborde el asunto de los presos de ETA. En su opinión, «no hay más agenda que la aplicación de la ley y el estado de derecho para todos los que desafían la autoridad». «Lo que tenemos que tener cuidado los españoles es que no nos confundan, porque no hay dos discursos, el de los medios y el de los fines, el de los instrumentos y el de los objetivos», ha advertido. Para el presidente de honor del PP, aceptar el diálogo con los asesinos supone «dar la razón a ETA» después de medio siglo de violencia. «Ni el honor, ni la memoria de las víctimas, ni las instituciones españolas, ni el estado de derecho, ni la democracia, ni la nación española van a pagar ningún precio a nadie», ha resumido. Aznar ha dejado claro que al igual que «no hay terrorista bueno o malo, todos son iguales», los que asesinan «no son los mismos que las víctimas», por lo que ha rechazado establecer una «equidistancia» entre ambos.