Clara victoria islamista en las elecciones de Marruecos
Con resultados todavía parciales, el PJD casi dobla en escaños a su inmediato perseguidor
Con el recuento detenido en 288 de los 395 escaños, el islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD) obtiene 80 asientos (28,5%), con lo que casi duplica a los de su inmediato rival, el nacionalista Istiqlal, que cosecha 45. La sorpresa ha llegado con otro de los grandes favoritos, la Agrupación Nacional de Independientes (RNI, en sus siglas en francés), que cae a la tercera plaza con 38 escaños. Todavía quedan 97 asientos por calcular, 17 de las listas locales y 90 de la lista nacional compuesta por mujeres y jóvenes.
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Spiderman solía decir que "un gran poder conlleva una gran responsabilidad". Lo mismo siente Abdelillah Benkirane quien, lejos de esconder la identidad del hombre araña, es el secretario general del islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD), claro vencedor de las elecciones en Marruecos, a expensas de los resultados definitivos. "Estoy contento, pero es una enorme responsabilidad" ha señalado el líder del PJD. Su formación es la clara favorita, salvo enorme sorpresa, para ser el partido donde Mohamed VI tendrá que buscar al candidato idóneo para ser el nuevo presidente del Gobierno de Marruecos que, tras la aprobación de la nueva Constitución el pasado mes de julio, contará con más poderes que nunca. No se tratarán de fuerzas sobrenaturales, sino del poder ejecutivo que, hasta ahora, era propiedad exclusiva del "todopoderoso" Mohamed VI.
"Aunque el PJD tenga una visión de cambio, no va a poder hacer nada, porque la nueva Constitución no asegura una separación de poderes", defiende Youness Belghazi, miembro del Movimiento del 20 de febrero, que pidió el boicot para las elecciones. "De todas maneras, el PJD es igual de corrupto que el resto", añade Belghazi, quien ha asegurado también a la Cadena SER que este domingo han convocado una nueva marcha de protesta en Rabat.
Benkirane sabe que la llegada de un partido islamista al poder en Marruecos puede crear suspicacias en Occidente. "En Europa no se preguntan por qué el Partido Popular en España ha ganado las elecciones estando la oposición, pero en los países musulmanes, cuando un partido islamista vence, nos sorprende", sostiene el líder islamista, "pero los europeos tienen que comprender una cosa, ¿estamos hablando de democracia o no estamos hablando de democracia?". Precisamente en relación a España y el Partido Popular, Benkirane ha querido señalar que "somos vecinos y estamos condenados a mantener las buenas relaciones", aunque "puede que sea más difícil con el señor Rajoy, pero lo vamos a intentar".
La gran sorpresa de estos resultados parciales es la tercer plaza y los 38 escaños conseguidos por el RNI, cuyo secretario general, Salaheddine Mezouar, era uno de los favoritos para ocupar el puesto de presidente del Gobierno. "Felicito al señor Benkirane porque soy un demócrata y la verdadera vencedora de las elecciones es la democracia", defiende Mezouar.
En cuarta posición se sitúa el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), que arrasó en los últimos comicios municipales pero que, tras la salida de su fundador Fuad Ali El Himma, amigo íntimo de Mohamed VI, ha perdido grandes apoyos, hasta quedarse, de momento, con 33 escaños. Le siguen los socialistas de la USFP, con 29 asientos; el Movimiento Popular (MP), con 22, la Unión Constitucional (UC), con 15 y el Partido para el Progreso y el Socialismo, 11 (PPS).
El partido vencedor, al no conseguir mayoría absoluta (ya imposible con estos resultados) dispondrá de un mes para intentar formar un gobierno de coalición. Benkirane se ha mostrado abierto a hacerlo con todos los partidos "salvo con el PAM". De no conseguirlo, el segundo clasificado sería el encargado de intentarlo.
Además de por la victoria de los islamistas, estas elecciones se han caracterizado por la baja participación, aunque ha sido superior a las de 2007, cuya tasa fue del 37%. En esta ocasión, ha sido del 45%, según el Ministerio del Interior. Pero ésta es una cifra trampa, ya que está basada sobre los 13,6 millones de marroquíes inscritos para votar y no sobre los 24 millones (contando los 3 que viven en el extranjero) que constituyen la masa electoral completa. De esta manera, la tasa de participación desciende al 25,5%. Aún así, la vida política en el reino alauí sigue y el partido que obtenga finalmente más escaños (todo apunta que seguirá siendo el PJD) asumirá el papel de ostentar el gran poder ejecutivo y la gran responsabilidad de gobernar Marruecos.