Cristiano Ronaldo, contra sus demonios

Nuevo reto de Cristiano Ronaldo. El portugués, que se disputa el cetro de mejor jugador del mundo con Messi, tiene un examen pendiente. ¿El rival? Su bestia negra, el Barça. Cristiano lo quiere todo y no consigue nada o consigue muy poco cada vez que se enfrenta a los de Guardiola. Los azulgranas desatan su ansiedad.

Ahora 'el más rico y el más guapo' tiene una nueva oportunidad de resacirse. Para luchar contra sus demonios. Oportunidad que llega además en medio de una tempestad entre él y su público. En el Bernabéu no hay pitos pero sí un 'run-run' extraño que comenzó justamente en el último Clásico.

El 10 de diciembre el Madrid, en su mejor momento de la 'era Mourinho', recibía al Barça. Ese equipo que le hace temblar cada vez que se ven las caras. Las ganas de brillar del portugués por encima de todo y todos le llevó a la precipitación. Fue un nuevo duelo perdido con Leo Messi. Los Clásicos se llevan al duelo personal entre los dos mejores jugadores del mundo. Y el argentino siempre acaba ganando. Sólo una vez, en la final de la Copa pasada, el portugués salió victorioso. Acaparó el protagonismo final, junto a Iker Casillas por sus paradas salvadoras, con el gol que decidió el único título que ha conseguido como madridista.

Pero en el resto de Clásicos que ha disputado, nueve, el protagonismo se lo roba Messi a Cristiano. El argentino aparece como falso nueve para enloquecer a los madridistas. O revoluciona el duelo partiendo de una banda, asociándose con sus compañeros a su velocidad endiablada y marcando. Justo lo que el portugués no hace. Suele inmiscuirse en una guerra contra el mundo él solo. Víctima de la ansiedad.

Fuera del campo sus declaraciones van por un rumbo opuesto: "No pienso demasiado en lo que voy a hacer antes del partido, trato de que venga de manera natural. Tengo una rutina, como la mayoría de los jugadores. Yo soy diferente, más relajado", confiesa. "Intento reír y hacer bromas, poner música house. No me presiono mucho. Si haces eso, las cosas pueden ir mal. Estoy cien por cien en el partido, pero lo serio llega estando en el campo. Algunos chicos tienen sus supersticiones y yo lo respeto, así que no les estorbo. Me comporto así tanto si jugamos con el Barcelona como con cualquier otro equipo", añade.

La teoría bien aprendida, pero la realidad muestras números de lo que se está convirtiendo en una obsesión. Cristiano se ha enfrentado en su carrera en trece ocasiones al Barcelona con un balance de siete derrotas, cuatro empates y solo dos victorias. Su imponente media goleadora decae. Sólo tres goles marcados.

Desde un Clásico que le dejó marcado para un sector del Bernabéu, Cristiano inició una lucha contra sí mismo, molesto por los ligeros silbidos que escucha cuando lanza un libre directo a las nubes o ve cómo le recriminan su falta de actitud defensiva.

Ahora su nivel de autoexigencia le vuelve a examinar. El escenario es inmejorable. Es la historia de una ansiedad. Una nueva oportunidad de darla por finalizada y asestar un golpe psicológico a su gran rival.