Las primarias republicanas dan un vuelco a la campaña tras la holgada victoria del expresidente de la cámara de Representantes, el conservador Newt Gingrich, en Carolina del Sur. El candidato a la presidencia de los EEUU e ideólogo en los 90 de la llamada Revolución Conservadora, un precedente del Tea Party, se alzó este sábado con el 40% de los votos frente a su principal rival, Mitt Romney, que consiguió un 27%, seguido del exsenador Rick Santorum, con un 17% de los votos y del congresista ultraliberal Ron Paul, con un 13%. Con estos resultados las próximas primaras de Florida, previstas para el 31 de enero, alcanzan una mayor trascendencia. La tradición dice que el candidato republicano que vence en Carolina del Sur logra después la nominación a la carrera por la presidencia, pero sólo si antes ha ganado en Iowa o New Hampshire. No es el caso de Gringrich, quien no venció en ninguna de las primarias anteriores, pero sí que supone un vuelco a la campaña que hasta ahora lideraba el más moderado de los candidatos, Mitt Romney. En 2008, el candidato republicano a la Presidencia, John McCain, se proclamó vencedor en el «»caucus«» de Carolina del Sur y consolidó su ventaja con respecto a los demás aspirantes. Los asesores de Romney ya aventuraron este resultado debido a los últimos escándalos por evasión de impuestos en paraísos fiscales en los que se ha visto envuelto el exgobernador de Massachusetts. Gingrich ha sido el más beneficiado de este escándolo, a pesar de que ni siquiera él ha salido del todo airoso tras sus varios escándolos amorosos. El de más relevancia: mientras participaba en las acusaciones contra el presidente Clinton por el caso Lewinsky, Gingrich, que estaba casado, mantenía una relación extramatrimonial con una becaria. Hoy es su tercera esposa.