El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha adelantado este jueves que si pierde las elecciones presidenciales de abril y mayo próximos dejará la política si bien aún no tiene claro a qué se dedicará. En una entrevista en RMC, cuando le han preguntado si en caso de perder la segunda vuelta el próximo 6 de mayo dejaría la política, Sarkozy ha respondido con un rotundo «sí». «Haré otra cosa». Ante la insistencia de una oyente que quería saber si volvería a ejercer como abogado, el candidato de la UMP ha subrayado que «no me sitúo en esta perspectiva» de perder los comicios. «Si los franceses no confían en mí, ¿debería continuar en la vida política? La respuesta es no», ha aseverado, ante la insistencia del presentador sobre el tema. «Esas carreras que no terminan nunca, eso les pasa a los jóvenes que no pueden ascender. Si no fuera vuestra opción, me inclinaría y habría concluido una vida política muy bonita», ha remachado. Todos los sondeos dan hasta ahora al candidato socialista, François Hollande, como el máximo favorito para suceder a Sarkozy en el Elíseo, pese a los intentos del presidente en las últimas semanas de arañar votos a la tercera candidata con más respaldo, la ultraderechista Marine Le Pen. No habrá debate con Hollande En cuanto a su rechazo a protagonizar un debate con Hollande, Sarkozy se ha justificado diciendo que su «compromiso es superar la primera vuelta». «Para ganar la final hay que clasificarse en la semifinal», ha ilustrado, subrayando que él es «un candidato como los demás» y no hay que hacer distinciones antes de que los franceses acudan a las urnas el 22 de abril. Por otra parte, Sarkozy también se ha defendido de las críticas recibidas por su supuesta lejanía del electorado y por la polémica suscitada por el hecho de que la portavoz de su campaña, Nathalie Kosciusko-Morizet, no supiera el precio de un billete de metro. «Ignorar el precio del billete de metro le puede pasar a cualquiera», ha afirmado. «No creo que se pueda ser el candidato del pueblo haciendo creer a la gente que se vive su vida. Yo soy el presidente de la República, ¿quién podría creerlo?», ha agregado. En este sentido, ha asegurado que su deseo es «hablar en nombre del pueblo, no en nombre de las elites ni del sistema». «Ser el candidato del pueblo francés», ha insistido, «es simplemente hablar un lenguaje que cada francés comprenda, abordar temas que les conciernen y no hablar para la prensa, para el sistema o para las elites».