La 'Revolución Patata' en Grecia

En la plaza Syntagma de Atenas ya no queda nada de la acampada de los indignados con la que abrían periódicos e informativos de radio y televisión de todo el mundo en junio del año pasado; pero Lambros, uno de los que estuvieron allí desde el principio hasta el final, asegura que la solidaridad de aquellos días sigue viva. Los habitantes de Atenas encontraron en la venta directa de patatas una forma de mostrar su solidaridad y afrontar la difícil situación económica que vive el país.

La plaza Omonia, está muy cerca de la plaza Syntagma. En una esquina, en medio del tráfico habitual en el centro de Atenas, unas veinte personas hacen cola. Algunos son inmigrantes, hay varios de Afganistán, pero muchos son griegos. Como la pareja de jóvenes que no responde por vergüenza. O ese otro que baja la mirada cuando le preguntamos. O Giorgos, de 66 años, que finalmente nos aclara: "He venido porque me he enterado de que están repartiendo patatas gratis, y en el mercado cada vez están más caras. Grecia necesita cosas así, la idea es extraordinaria".

La idea surgió en Tesalónica hace unas semanas. El kilo de patatas estaba a más de 50 céntimos, pero a los agricultores no les llegaban ni 10 céntimos. Para mantener esos precios, los intermediarios estaban incluso importando patatas de Egipto. Antes de que se echara a perder la cosecha decidieron repartirla de forma gratuita o venderla directamente en la calle, sin pasar por nadie, a 20 céntimos el kilo. Ellos conseguían cobrar el doble y en el acto, mientras el comprador se ahorraba un 50%, algo nada desdeñable en un país en el que los sueldos no paran de bajar pero los precios siguen por encima de la media en muchos países europeos. Todos ganan.

A Mabroianis le gustó la idea. Nos lo explica mientras vigila el reparto de patatas desde la puerta de su cafetería de Omonia: "Conozco gente que cultiva patatas en el interior y las estaba tirando a la basura porque con lo que les pagaban ni siquiera cubrían gastos". El decidió comprar 70 toneladas a precio más razonable y repartirlas. Está recibiendo unas 4.000 visitas diarias. "Ha sido totalmente desinteresado, creo que hacen falta cosas así, espero que más empresarios se apunten".

Mientas esperan su turno algunos dicen que esto es lo único bueno que ha pasado en Grecia en los últimos años. Otros ven en el 'Movimiento Patata' un síntoma de que algo se está moviendo. Nikos Konstandaras es el editor jefe del diario Khatimerini: "Una de las cosas buenas que ha tenido esta crisis es que nos ha servido para darnos cuenta de que estábamos perdiendo el rumbo. Antes había mucha más solidaridad entre los griegos, algo que se perdió cuando muchos se mudaron a las ciudades y llegó la riqueza. Ahora se está recuperando, puedes contar con el de al lado, y eso es maravilloso".

Las patatas se introdujeron en Grecia en la década de 1830. Las trajo el primer gobernador del Estado moderno, John Capodistrias. Cuenta la leyenda que ante la indiferencia total con que fue recibido el cargamento inicial, ordenó guardar aquellas primeras patatas en un almacén custodiado por guardias armados. Enseguida se corrió la voz de que allí dentro debía haber algo muy valioso. Los guardias tenían la orden de mirar hacia otro lado si alguien intentaba robarlas. El plan de Capodistrias fue un éxito. Quizá la "Revolución de la patata" no lo sea, pero está ayudando a muchos griegos a afrontar la peor crisis de su Historia.