El Barcelona de Iniesta somete al Athletic Club de Bilbao

En ningún caso se podía contemplar este partido como un ensayo general de la final de la Copa del rey. Con los dos equipos metidos de lleno en sus competiciones europeas, ambos técnicos decidieron reservar algunas de sus piezas principales. Xavi, Ánder Herrera, Llorente y Muniain empezaron el partido desde el banquillo, Cesc ni eso, descartado por Pep

Ante tal rebelión de secundarios, el papel principal quedó para los protagonistas que quedaron sobre el césped. Entre ellos uno brilló con luz propia desde el principio: Andrés Iniesta se apropió del balón y del partido para no soltarlo durante ningún momento. El pequeño manchego se movió entre líneas y se asoció hasta la saciedad con Messi y con Alves.

Por el otro flanco, Tello lo intentaba sin éxito el experimentado Iraola. El lateral ganó casi todos sus envites con el extremo, que le había ganado un sitio en el once a Pedrito, también relegado al banco. El Barça atacaba, pero como era de esperar lo hacía sin la posesión abusiva de otras veces. El Athletic es de los pocos que le puede discutir el balón al Barcelona.

Avisó Thiago, al que anularon un gol por estar levemente adelantado, más tarde Aurtenetxe sacaba un balón bajo palos, que pese a generar dudas pareció no entrar. Messi también lo intentó con una galopada en la que solo en el último momento Ekiza pudo desbaratar al rebañar el balón. El Athletic entre tanto buscaba a Toquero y a De Marcos con tímidos balones que en ningún momento llevaron peligro al área de Valdés.

Y ahí apareció Iniesta. El albaceteño se desmarcó, recibió un balón de Messi, y donde antes Ekiza rebañaba el balón, Iniesta permaneció impasible, aguantó en pié y fusiló a Iraizoz apenas dos metros delante de él. Golazo y lata abierta frente a un rival que se defendió como casi nadie en la primera mitad.

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Penalti a Tello y fin del partido

Bielsa quiso arreglar el entuerto sacando a Muniain y Llorente. Los leones ganaron en presencia y criterio en las transiciones ofensivas, pero perdieron algo en cuanto a brega. Pero el partido en líneas generales se equilibró por momentos. Duró unos momentos. Minutos después de la reanudación Tello se libró por fin de Iraola, se emparejó con Javi Martínez, y a la primera le sacó un penalti. Quizá dudoso, pero pitable.

Messí lo ejecutó y ahí murió el partido y el conato de reacción de Athletic. El equipo vasco no bajó los brazos en ningún momento, pero en el fondo intuía algo estéril hacer un esfuerzo tan grande con la vuelta frente al Schalke 04 tan cercana. Entraron Pedrito y Ánder y ambos se mostraron voluntariosos pero sabedores de que la historia del partido ya estaba acabada.

Muniain tuvo la mejor oportunidad de los leones en todo el choque. Recibió un balón en profundidad y superó a Valdés pero Piqué, muy mejorado últimamente sacó la pelota cuando ya entraba llorando a la portería. Así, poco a poco el partido llegó a su final, con la sensación de que el Barça sigue ahí, pendiente y listo para aprovechar cualquier fallo del Madrid.

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