Los genes mandan
Cuando se juntan dos grandes sagas familiares la descendencia siempre es privilegiada
La unión de José Coronado y Paola Dominguín ha dado lugar a un joven actor: Nicolás.
Nicolás es Coronado, pero sobre todo es Dominguín. La genética es caprichosa y uno no la conoce hasta que nace y se hace mayor. Desde luego, este joven actor, que participó recientemente en la serie Tierra de Lobos, indica lo que siempre se piensa al ver a la saga Dominguín-Bosé: su genética es poderosa.
Nicolás Coronado es alto, delgado, con los pómulos bien marcados y cierto aire desgarbado al caminar. Son rasgos de su abuelo materno, Luis Miguel Dominguín; de su madre Paola, y de su tío Miguel. Eso sí, los rizos del joven Nicolás pueden ser made in Coronado.
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Ocurre lo mismo con otra gran saga familiar española, los Molina: se parecen entre ellos y su descendencia indica que la genética que manda es la suya. Tendremos que esperar a que la hija del protagonista de No habrá paz para los malvados con Mónica Molina crezca para saber si en este caso, los genes de Coronado pierden de nuevo.
No es que Coronado no parezca un hombre de fuertes rasgos, pero el ADN es caprichoso. También el destino, que ha hecho que este reciente ganador de un Goya se una a estas dos míticas familias del mundo del arte.
Adriana Mourelos
En El Faro desde el origen del programa en 2018. Anteriormente, en Hablar por Hablar, como redactora...