La consigna del Gobierno: "Dramatizar" la situación económica
Rajoy quiere tener a la sociedad preparada para las próximas cuentas generales del Estado. Si las de ahora han sido duras, las que se están preparando para el otoño que viene lo serán todavía más porque en 2013 se debe cumplir un 3% de déficit
En el Ejecutivo creen que hay que explicar bien que se está viviendo un momento realmente crítico y concienciar a los ciudadanos de que las reformas son necesarias. Los ministros exageran su discurso para que los ciudadanos acepten los recortes y evitar así, en la medida de lo posible, que las manifestaciones se multipliquen.
Es la instrucción que ha dado Mariano Rajoy a los suyos. Desde el Consejo de Ministros se ha lanzado una consigna: todos sus miembros deben "dramatizar" la situación económica. Es una estrategia para evitar el desgaste que, en tan sólo cuatro meses al frente del Gobierno, sufre el presidente y su equipo por culpa de la crisis.
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Desde Moncloa creen que hay que explicar que se está viviendo un momento realmente crítico y concienciar a los ciudadanos de que las reformas son necesarias. Pero también consideran que, en cierto sentido, se debe sobreactuar para que la gente acepte mejor los recortes. Exagerar el discurso para que entiendan que los pasos que se están dando sólo persiguen el objetivo de salir adelante. Además, se trata de impedir a toda costa que las manifestaciones se multipliquen. Lo que, a su juicio, no haría más que empañar la imagen de España en el exterior.
Los dirigentes del PP llevan varias semanas insistiendo en que van a decir la verdad y que no existe otra alternativa. Rajoy pide esfuerzos y anuncia sacrificios. Hace unos días, en rueda de prensa desde Colombia, comenzó a preparar el terreno para las medidas que irá adoptando de cara al futuro. "No hay dinero para atender al pago de los servicios públicos", señaló. Era su forma de justificar el recorte de 10.000 millones de euros en sanidad y educación.
La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, no ha hecho más que salir cada viernes a anunciar nuevos ajustes diciendo que España necesita "medidas extraordinarias" porque la situación lo es. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha seguido al dictado sus palabras. No se cansa de repetir que el camino es "muy difícil" y defiende los Presupuestos "más restrictivos de la democracia" en un contexto "complicado y frágil".
En el partido siguen el mismo argumentario. Su portavoz, Carlos Floriano, dice que "no estamos al borde del precipicio, sino en el precipicio y agarrados a una cornisa". Por eso, sostiene, "hay que hacer cosas que no gustan". Los barones territoriales mantienen al pie de la letra el mensaje, mientras estudian cómo recortar sus gastos.
Los conservadores, además, quieren tener a la sociedad preparada para las próximas cuentas generales del Estado. Si las de ahora han sido duras, las que se están preparando para el otoño que viene lo serán todavía más porque para el 2013 hay que apretarse de nuevo el cinturón con el fin de cumplir un 3% de déficit. No hay que olvidar que para este ejercicio es del 5,3%.
Dentro del Gobierno hay quien piensa que va a ser un examen muy duro completar cuatro años de legislatura a este ritmo. Y por mucha pedagogía que se aplique, son conscientes de que la gente espera resultados, hechos y no palabras de que sus políticas funcionan. Temen que sus iniciativas sean cada vez más impopulares y que la Xunta de Galicia sea el primer gobierno, de los que están en manos del PP, en sufrir un castigo en las urnas.